Grupo de expertos y directivos empresariales constituido por el Ayuntamiento de Madrid para afrontar la recuperación económica.

La crisis impulsa una mayor colaboración en las relaciones público-privada

| 25 MAYO 2020 | ACTUALIZADO: 23 MARZO 2023 12:56

La triple crisis del coronavirus (sanitaria, económica y social) representa una ventana de oportunidad para la gestión de las relaciones institucionales y los asuntos públicos. En vista del protagonismo ganado por ambas prácticas en este contexto de incertidumbre, son muchos los expertos que ven la posibilidad de recobrar importancia en la agenda pública.

De entrada, el aluvión de regulaciones sobre el estado de alarma ha provocado un aumento significativo de la carga de trabajo. Entre marzo y abril se aprobaron más de 120 normas a nivel nacional y de 500 a nivel autonómico, según las cifras puestas de manifiesto en el webinar ‘Asuntos Públicos y Relaciones Institucionales ante la crisis Covid-19’ organizado hace unas semanas por APRI (la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales).

En ese encuentro virtual quedó patente la necesidad de contar con una buena estrategia de relaciones institucionales y una interlocución directa con las administraciones a la hora de proceder en el escenario actual.

Para Carmen Muñoz, directora de Asuntos Públicos de LLYC, la Covid-19 no ha cambiado la aproximación metodológica o estratégica a la disciplina, pero sí acelerado los procesos. «Nos ha obligado a hacerlo con agilidad, resiliencia y mucho sentido común. Pero este es quizá también un momento que invita a contradecir el método desde el método, a romper las barreras de las áreas corporativas y a hacerse preguntas nuevas». Y apunta a procesos de cambio ya en marcha, como la transversalidad, la combinación de lobby directo e indirecto y la comprensión de la dimensión política de las empresas.

En este sentido, María Rosa Rotondo e Irene Matías, presidenta y directora general de APRI, plantean dos formas de afrontar los retos en estos tiempos. La primera consiste en lograr alinear las prioridades de la empresa con la de los gobiernos para «ayudar como puedas, siempre y cuando estén alineadas con tus objetivos o propósitos corporativos». No obstante, dado que todos los procesos no relaciones con la crisis se han visto afectados, «hay que reformular las prioridades, lograr que los gobiernos entiendan cómo impactan en tu empresa los efectos de la crisis y conseguir participar en los programas de reconstrucción para paliar la crisis».

Ideas en las que abunda Christian Stein, director general de relaciones institucional de SEAT y del Grupo Volkswagen en España, al señalar que «hemos estado en continuo contacto tanto con la administración pública como con organizaciones sectoriales para redefinir cómo retomar la actividad de manera óptima para la industria tras el parón de estas semanas».

Con la producción de coches paralizada, las prioridades de la firma automovilística en las primeras semanas del confinamiento estuvieron «relacionadas con todo lo que tenía que ver con la pandemia y las medidas que se han tomado al respecto para aplicar la legislación y las decisiones del Gobierno en cada momento». En ese proceso de recalcular posiciones surgió la iniciativa de fabricar respiradores de emergencia en su planta de Martorell.

Stein valora este proyecto como un «gran ejemplo de colaboración entre las administraciones públicas (Agencia Española del Medicamento y los Productos Sanitarios), especialistas de la salud (diversos hospitales del área de Barcelona), start-ups (Protofy.XYZ) y una gran empresa como SEAT».

Un nuevo marco de relaciones

Estas palabras permiten intuir un nuevo marco de relaciones público-privadas más colaborativo. «Experiencias de este tipo, como otras muchas alianzas que existen entre empresas y responsables públicos, demuestran que la colaboración es un multiplicador, que crea sinergias incluso en ámbitos en los que en ocasiones existen límites», añade el directivo de SEAT. También serán más ágiles, ya que las circunstancias están demostrando que existen mecanismos para que las sean fluidas, más allá de los protocolos habituales.

Desde APRI creen que estos lazos se verán reforzados tras la crisis al considerar que todas las empresas entenderán el retorno de las relaciones institucionales y asuntos públicos a largo plazo. «Se va entender porque es tan importante mantener un diálogo constante y fluido con las administraciones públicas y los decisores políticos, ya que cuando nos enfrentamos a una crisis de estas dimensiones es importante por un lado que tanto las administraciones públicas como los decisores políticos conozcan tu sector para poder implementar medidas acorde al mismo y, y por otro que tu organización sepa a quién dirigirse de manera rápida y eficaz», explican Rotondo y Matías.

La incertidumbre sobre el futuro más inmediato es absoluta. Cualquier previsión está sometida a los rigores de un escenario cambiante. «Obviamente todo lo que no era imprescindible en estas circunstancias ha pasado a un segundo plano, y las temáticas de los encuentros se han centrado únicamente en todo lo relacionado con la pandemia», recalca Stein, quien tiene claro que la hoja de ruta habitual de relación con los poderes públicos tendrá que esperar.

«Todo lo que no requiere una atención urgente queda en un segundo plano», destacan en APRI. Y aunque los protocolos exigen nuevas formas de relación con las administraciones públicas, sus responsables sostienen que la coyuntura está permitiendo poner en valor la labor de los profesionales de las relaciones institucionales. «Conocen bien los canales, mecanismos e interlocutores para que los mensajes y las preocupaciones o propuestas del sector privado lleguen correctamente».

Esta visión de relevancia es compartida por Muñoz. En su opinión lo «importante ahora son las preguntas que nos hacemos. Los asuntos públicos también están ayudando a las propias administraciones públicas en la elaboración y/o corrección de las normativas. Pero nuestro ideal no es corregir cuanto contribuir a anticipar y evitar errores y para eso es fundamental que haya un diálogo constructivo entre quienes estudian las decisiones y quienes serán afectados por ellas».

El grupo de expertos y directivos empresariales constituido por el Ayuntamiento de Madrid para abordar el plan de reactivación de la ciudad plantea un buen ejemplo de la forma en que debe abordarse la agenda postcorona. «Nada de lo que ocurra a partir de ahora será unidireccional y ese empeño en un trabajo compartido entre el ámbito de lo público y el ámbito de lo privado va a resultar esencial», razona Muñoz. Y concluye asegurando que «este es un momento de responsabilidad egoísta con el interés general» que exige trabajar con una mirada a medio plazo desde el equilibrio.