Agencias de incomunicación

| 24 NOVIEMBRE 2015 | ACTUALIZADO: 24 NOVIEMBRE 2015 8:38

El otro día un amigo periodista me pasó un informe donde se decía que los clientes estaban muy satisfechos del trabajo que hacían sus consultoras de comunicación y relaciones públicas. No sé muy bien cuáles fueron las preguntas que les hicieron en la encuesta, ni si les pillaron cansados con el cuestionario. Mi amigo estaba muy cabreado y se desahogó conmigo, pobre publicitario medio jubileta.

Les resumo/retransmito lo que me dijo. No se lo pierdan. Si por “satisfacción” se entiende la capacidad de estas agencias/consultoras de hacer de cortafuegos entre la empresa y el medio de comunicación, entonces todos estamos de acuerdo. Si lo que quieren decir es que son un excelente canal de información como interlocutores de los medios, pues eso como que no.

Prosigue (más cabreado aún). Creo que esta encuesta o está viciada de inicio o se ha dejado una parte muy relevante, que es la valoración de los periodistas que trabajan en los medios. Me temo que entonces no habrían salido tan bien paradas estas consultoras de incomunicación. No digo todas, no, pero me temo que las que se salvan se cuentan con los dedos de media mano.

Hace mucho que las agencias de comunicación se dedican a hacer de correveidile de sus amos, las empresas que les pagan suculentos fees por cerrar la boca de no pocos profesionales de la información o por desmentirlo todo. (Incinerado)

El otro día me dijo un colega que el periodista vive de la indiscreción ajena y de la discreción propia. Es decir, de no revelar sus fuentes. El problema viene cuando los que están al otro lado de la trinchera –los departamentos de comunicación de las empresas- se dedican a la publicidad (y eso ya lo hacemos nosotros). Es decir, a lanzar a diestro y siniestro notas de prensa absurdas que acaban archivadas en una papelera de reciclaje en no pocas redacciones. (Arruga un papel y lo encesta en la papelera, es de 3).

No quiero meter a todos en este cesto, pero lo cierto es que son pocas las agencias conocidas (si es que las hay) que han dado alguna exclusiva. Nunca jamás. En todo caso han intentado frenarla siguiendo instrucciones de los que les dan de comer. (Parece que se le enternece el corazón con esto).

(Vuelve a la carga, más quemado que la pipa de Fumanchú). El problema es que esta profesión se ha llenado de gente que no ha trabajado nunca en medios y piensa que la información se vende al peso. Aunque bueno, en eso no les falta razón, ya que hay medios que obtienen suculentos ingresos con esa estrategia. Una táctica que lo único que está logrando es acabar de sepultar esta maltrecha industria.

Hacen falta profesionales que no sean estómagos agradecidos, que vibren con esto, que sepan cómo funcionan los medios, etc. A veces da la impresión de que los del lado de las consultoras hablan otro idioma, y los periodistas dejan de contar con ellos. (Sentencia) Mi respuesta: “Lógico”.