Richard Edelman, fundador de la mayor consultora de comunicación del mundo.

Edelman llama a la renovación de estándares tras el caso de Bell Pottinger

| 24 OCTUBRE 2017 | ACTUALIZADO: 25 OCTUBRE 2017 9:26

El CEO de Edelman, Richard Edelman, ha hecho un llamamiento a los profesionales de la comunicación del mundo para adoptar un nuevo modelo de estándares éticos. Las medidas suplantarían las seguidas actualmente por las consultoras de relaciones públicas para fomentar una nueva imagen tras el colapso de Bell Pottinger a mediados de este año.

Los escándalos protagonizados por algunas grandes compañías del ramo que cuestionan su comportamiento han impactado a Edelman, la mayor empresa de relaciones públicas del mundo, y al sector de la comunicación en general. Las normas que guiaban su conducta hasta ahora ya «no son suficientes» ni «protegen los comportamientos éticos», según palabras de Richard Edelman. «Ha llegado el momento de unirse a un modelo único de estándares y de ser capaces de que toda nuestra gente responda a ello«, continuaba diciendo.

El proyecto promovido por Endelman se ha bautizado como ‘PR Contact’. Su objetivo principal es establecer una serie de directrices a seguir por todo el sector para conseguir un fin último: tener una población mejor informada, según comentaba el CEO y fundador de la firma..

«Las normas que guiaban la conducta empresarial hasta ahora ya no son suficientes ni protegen los comportamientos éticos».

‘PR Contact’ se basa en cuatro principios, encabezados por la precisión empresarial y la transparencia de los clientes. Le siguen el intercambio libre y abierto de ideas y especializar a los trabajadores en ética universal. Todo esto se completaría con la creación de un órgano de vigilancia de la industria en Estados Unidos que se asociaría con grupos de otros países.

El caso de Bell Pottinger

La iniciativa de Edelman surge a raíz de la caída de Bell Pottinger. A mediados de año, la filial británica de la firma fue acusada de dirigir una «campaña secreta de desinformación» a favor del gobierno del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma.

En esos momentos, Bell Pottinger trabajaba para Oakbay Investments -empresa controlada por la familia Gupta- en mejorar la imagen del presidente. Un grupo de abogados sudafricanos acusó a la campaña económica del apartheid de «violar los principios éticos». Estos mensajes fomentaban la tensión racial en el país.

A pesar de los intentos de la firma con sede en Londres de separarse del escándalo, la PRCA (la Asociación de Relaciones Públicas y Comunicación del Reino Unido) la expulsó durante cinco años, un día después de la dimisión de su CEO, James Enderson. La acción posterior fue rescatada por la Administración británica. Tras esta decisión, se transfirieron los clientes de Bell Pottinger a otras marcas y se procuró revalorizar a los acreedores.

Francis Ingham, director general de PRCA, comentó en su momento que «la expulsión de Bell Pottinger fue lo correcto». A lo que añadió: «La mayor parte de la industria de la comunicación y las relaciones públicas es ética y profesional. Tomando importantes decisiones hemos demostrado que las acciones de Bell Pottinger son la excepción y no la regla«.