Edelman Trust Barometer: España continúa siendo uno de los países con más desconfianza del mundo

| 23 ENERO 2020

España sigue siendo uno de los países donde más reina la desconfianza en la población respecto a los poderes fácticos, como son los gobiernos, instituciones, las empresas y los medios de comunicación.

Según el reputado estudio anual Edelman Trust Barometer, España sigue a la cola entre los países con más desconfianza. En el índice que realiza esta consultora de comunicación, nuestro país alcanza 45 puntos sobre 100, con lo que continúa entre los países caracterizados por la desconfianza.

Bien es cierto que es una mejoría respecto al 2019, cuando España registraba 40 puntos, solo por delante de dos países: Rusia y Japón.

La desconfianza en nuestro país es sensiblemente menor cuando se pregunta al segmento de población considerada informada. Esta parte de la sociedad tiene asignada una puntuación de 59; que son 17 puntos más que la denominada «masa poblacional».

España esta a un nivel parecido al que padecen Argentina, Italia, Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido en cuanto al grado de desconfianza. La media global está en 54 puntos (9 por encima de nuestro país). Entre los países en los que más se ha acentuado en este último año están Arabia Saudí, UAE, Hong Kong y Estados Unidos.

Los medios de comunicación siguen siendo uno de los actores en el que menos confía la sociedad española, con 42 sobre 100 en el índice de Edelman; aunque ha mejorado en cinco puntos respecto al 2019.

Bastante por debajo está el Gobierno, que apenas llega a los 30 puntos, el segundo índice más bajo del mundo, solo por delante de Sudáfrica.

Fuera del ámbito de la desconfianza están en España las ONG (57), las empresas (50), la ONU (58) o la Unión Europea (60), que es la institución que más confianza genera en nuestro país.

Fuente: Edelman.

El estudio acredita que, a pesar de que la economía global está en crecimiento y prácticamente hay pleno empleo, en la mayoría de los países desarrollados la opinión generalizada es que estaremos peor dentro de cinco años y un 56% cree que el capitalismo en su modalidad actual daña más que beneficia al mundo actual.

«Estamos viviendo en una paradoja», ha comentado Richard Edelman, CEO de Edelman. “Desde que comenzamos a medir la confianza hace 20 años, el crecimiento económico ha fomentado su aumento. Esto continúa siendo así en Asia y Medio Oriente, pero no en los mercados desarrollados, donde la desigualdad es ahora el factor más importante».

La sociedad confía más en las empresas que en los gobiernos para ser motores del cambio.

Una gran mayoría de los encuestados en los países punteros (83%) está preocupada porque fenómenos como la automatización provoque la pérdida de su empleo. No en vano, dos de cada tres piensan que el desarrollo tecnológico va demasiado rápido. También están inquietos porque creen que habrá una recesión a corto plazo o por la competencia que representa la mano de obra barata extranjera, entre otros factores relacionados con el mundo laboral.

No obstante, la sociedad ve ahora a las empresas como los actores más confiables. «Las compañías han ocupado el vacío dejado por los gobiernos populistas y partidistas», sostiene Edelman. “Los negocios ya no pueden seguir la senda habitual, con un enfoque exclusivo en el retorno del accionista». Y es que el 73% de los empleados están diciendo que desean la oportunidad de cambiar la sociedad, y casi dos tercios de los consumidores se identifican como compradores motivados por el propósito social de las empresas.

Los CEOs tienen que asumir el liderazgo

En este ambiente, tienen que ser los CEOs los que tomen el liderazgo. El 92% de los empleados expresa que debe ser el primer ejecutivo el que tome partido sobre asuntos que preocupan a la sociedad, como es la desigualdad o el uso ético de la tecnología; tal y como se refiere el estudio de Edelman.

Tres cuartas partes de la sociedad encuestada mantiene que deben ser los CEOs los que lideren el cambio, sin esperar a que los gobiernos lo impongan.

“La confianza hoy se otorga mediante dos atributos: competencia (cumplir las promesas) y comportamiento ético (hacer lo correcto y trabajar para mejorar la sociedad). Ya no se trata solo de lo que haces, sino también de cómo lo haces», explica Edelman.

Bajo estas dos premisas, los medios de comunicación vuelven a salir bastante mal parados en el estudio. Una mayoría los ve como incompetentes y poco éticos.