Daniel Moreno: El día que elegimos llevar al Talento a la Luna

| 4 OCTUBRE 2017 | ACTUALIZADO: 3 ENERO 2023 10:21

Hubo una época en la que las compañías elegían a los empleados y ellos se sentían afortunados. Hubo una época en la que las empresas les ofrecían buenas oportunidades en función de lo que pensaban que era lo mejor para ellos. Hubo una época en la que los empleados entraban a una compañía y permanecían allí toda su carrera profesional, viviendo el día a día de su rutina con mayor o menor ilusión y contribuyendo al crecimiento de la empresa en mayor o menor grado. Pero eso fue antes de que las compañías eligiéramos ir a la Luna y quisimos que el Talento nos acompañara.

Ahora, los afortunados somos nosotros, las compañías. El Talento es el que elige dónde trabajar y aunque a veces sea durante menos tiempo del que estábamos acostumbrados, lo importante es que forme parte de nuestro equipo el tiempo que esté. Es una relación recíproca: la compañía ofrece lo mejor de ella al talento y el talento da lo mejor de sí mismo para la compañía. Pero si no queremos que esa relación sea efímera, requiere un trabajo constante por nuestra parte. Porque una vez que el Talento nos elige, debemos ser capaces de ofrecerle lo que espera y conseguir que se sienta vinculado con el proyecto y el propósito de la compañía.

Como dijo John F. Kennedy un 12 de septiembre de 1962 en Rice University, “elegimos ir a la Luna, no porque sea fácil, sino porque es difícil”. En LLORENTE & CUENCA hace tiempo que emprendimos ese viaje con el propósito de hacer que nuestros empleados se sintieran orgullosos de pertenecer a la Firma, ofreciéndoles aquello que nos demandaban y adaptándonos a las nuevas tendencias para atraer y retener el mejor talento. Y además de percibir su ilusión, hemos comprobado con satisfacción que muchas otras compañías se han ido sumando a nuestro viaje, aunque aún quedan algunas rezagadas que tienen pendiente perder el miedo a viajar a la Luna.

Los tres ejes en los que se basan los equipos de dirección: misión, visión y valores, hace tiempo que se están quedando obsoletos. Ahora el talento necesita sentir que hay un propósito, un proyecto de compañía con el que sentirse identificado y estar orgulloso de pertenecer. Así, las empresas deben tener la responsabilidad de impulsar una estrategia de desarrollo del Talento, que permita a sus empleados sentir como suyo el proyecto, se vinculen a la compañía y la hagan suya. Al tiempo la compañía tiene que dar la oportunidad de que sus empleados puedan aprovechar la marca corporativa para mejorar la suya personal. Y esa idea se debe traducir en acciones que supongan un ingrediente añadido de ilusión y motivación al trabajo diario.

Los tres ejes en los que se basan los equipos de dirección: misión, visión y valores, hace tiempo que se están quedando obsoletos.

En una compañía como la nuestra, dedicada a los servicios profesionales la clave del éxito radica en los profesionales que se sumen a nuestro proyecto. Tenemos la obligación de poner a disposición de nuestros clientes el mejor talento. Para conseguirlo y que nos acompañe en nuestro viaje a la luna, tenemos un propósito de compañía claro, y un proyecto empresarial apasionante que busca transformar el sector desde el conocimiento. Pero además, esto se traduce en un modelo de gestión del talento que aterriza este espíritu en acciones concretas que son claramente percibidas por los profesionales, basadas en la reciprocidad, la confianza, el desarrollo y la mejora de la marca personal de los profesionales. Ofrecemos horarios flexibles, teletrabajo con un apoyo económico extra para facilitarlo o una Universidad Corporativa que responda a la demanda de formación.

Las compañías deben ser aliados de las carreras de los profesionales que trabajan en ellas y nosotros lo hacemos antes, durante y después de su paso por la Firma. En LLORENTE & CUENCA nos gusta desarrollar al máximo el potencial de nuestros empleados con programas de Jóvenes Talentos, sistemas de shadowing entre Juniors o con proyectos como Top Talent, que aceleran la carrera de aquellos con potencial de ser directivos. De hecho, un 10% de la compañía ya forma parte de él. Todo ello, siempre orientado a programas que ayuden a fomentar la diversidad de la compañía desde un punto de vista muy amplio.

Además de todo lo anterior, nos hemos dado cuenta de la importancia de la coherencia entre lo que se quiere hacer y lo que se hace en realidad. Impulsar compromisos sociales que sumen valor añadido era un paso que queríamos dar como compañía. Por eso pusimos en marcha la Fundación LLORENTE & CUENCA con el objetivo de devolver a la sociedad parte de lo que recibimos de ella. Durante su primer año de vida, hemos atendido una gran variedad de causas y colectivos diferentes y seguimos con varios proyectos en marcha. Sin embargo, el mayor logro ha sido la tremenda implicación de nuestros empleados: el 40% de la plantilla son voluntarios y el 100% de los proyectos presentados ha salido adelante gracias a su implicación. Esta enorme acogida se ha debido, principalmente, a que nuestros empleados han hecho suyos los proyectos, ofreciendo a la sociedad lo que les hace profesionalmente especiales. Cada granito de arena, suma.

No se puede planificar un viaje a la Luna si todas esas ideas no forman parte del plan de vuelo. Y por eso, las acciones que desarrollamos, están integradas en nuestro Plan Estratégico. Gracias a esa importancia que le hemos dado a nuestro Talento, desde hace cuatro años somos la única consultoría de comunicación que aparece en el ranking “Las Mejores Empresas para Trabajar en España”. Una satisfacción por partida doble, pues formar parte de este exclusivo ranking de la revista Actualidad Económica es un reconocimiento a nuestra estrategia de desarrollo del Talento y a nuestro compromiso social.

Pero no nos quedaremos ahí, seguiremos trabajando para llevar a cabo acciones que pongan en primer lugar a las personas. Esa, es la clave para que nuestro talento esté convencido del propósito de la compañía y sienta los proyectos como suyos, que nuestros empleados sean lo primero. Pero también es la clave para atraer nuevo talento a la compañía, que tal vez se suba a bordo en nuestro próximo viaje, a la Luna, o aún más lejos…