Francia prohíbe la publicidad de combustibles fósiles como parte de una nueva ley de cambio climático

| 26 AGOSTO 2022 | ACTUALIZADO: 30 AGOSTO 2022 10:21

A partir del lunes 1 de septiembre ninguna empresa podrá anunciar combustibles fósiles en Francia. La medida forma parte de una ley climática tramitada en 2021 y afectará a derivados de petróleo y minería de carbón, pero ofrece una exención temporal al gas. Esta materia prima podrá seguir publicitándose hasta el 30 de junio de 2023, de conformidad con la normativa europea que entrará en vigor ese mismo año en torno a ella. Quienes incumplan la ley afrontan multas de entre 20.000 y 100.000 euros que se convertirían en el doble para los reincidentes. Francia se convierte con este movimiento en el primer país europeo en dar este paso, aunque algunos sectores ponen en duda su eventual eficacia.

Entre ellos está Greenpeace, que recuerda que la ley no veta estrategias como “el mecenazgo, el patrocinio, la comunicación institucional y la publicidad financiera”, además de denunciar que las empresas que comercializan gas dispongan de 10 meses de gracia para seguir promocionándose. Al otro lado del espectro están sectores como el de los supermercados, que protestan porque este nuevo marco legal les impedirá comunicar a clientes habituales o potenciales que han caído los precios en sus gasolineras. Esa es una palanca importante para mover consumidores en un momento de precios elevados e inflación.

Ya a principios de 2023 entrará en vigor otra prohibición complementaria, la de prometer que un producto deja huella de carbono cero. Esa aseveración se basa por lo general en el principio de compensación, por el que la compañía que fabrica ese artículo u ofrece ese servicio considera que su apoyo económico a las denominadas tecnologías de eliminación de dióxido de carbono compensa las emisiones que genera. Solo será posible indicarlo si va acompañado de un “balance de emisiones de efecto invernadero del producto o servicio de que se trate que abarque todo su ciclo de vida”, según el texto legal. Con esta medida se intenta atajar la práctica de marketing conocida como greenwashing.

La nueva ley recoge parte de las sugerencias de la Convención Ciudadana por el Clima que convocó el presidente Emmanuel Macron en su anterior mandato, en 2019. Hasta 150 personas escogidas aleatoriamente formaron parte de ese colectivo, cuya recomendación de prohibición total de la publicidad de combustibles fósiles tuvo eco en una normativa similar introducida por el Ayuntamiento de Amsterdam el año pasado.

La capital holandesa se convirtió así en la primera ciudad del mundo en tomar esa decisión, que se sustancia en que los vehículos propulsados por esos productos no pueden publicitarse en lugares como estaciones del metro o enclaves del centro urbano. Sidney sigue sus pasos después de haber vetado recientemente los anuncios de carbón, petróleo y gas en propiedades y eventos de la ciudad.