Un libro para el verano: 'La marca de Dios', de Toni Segarra y Leopoldo Abadía

“Las mejores ideas de Marketing y Comunicación en las empresas están copiadas de la Iglesia Católica”

| 19 JULIO 2023 | ACTUALIZADO: 30 AGOSTO 2023 10:48

¿Por qué las tiendas de ropa y los supermercados están distribuidos geográficamente como si fueran parroquias? ¿O por qué en las de móviles hay altares donde se muestran productos como si fueran ofrendas? ¿Por qué el Barroco se debería estudiar en las universidades como la mejor campaña de publicidad de todos los tiempos?

Estas y otras cuestiones se abordan en La marca de Dios: 2000 años influyendo (Espasa), el libro que recoge el diálogo que mantiene el reconocido publicista Toni Segarra y el ingeniero industrial especializado en economía, Leopoldo Abadía.

Éste último explica en DIRCOMFIDENCIAL que “las mejores ideas de Marketing y Comunicación de la historia de las empresas están copiadas de la Iglesia católica”. Esta fue la reflexión con la que coautores coincidieron en uno de sus habituales desayunos en su barrio, y les motivó a escribir un libro desgranando las lecciones que deja la institución internacional más antigua del mundo.

Los coautores defienden que el mayor logro de la Iglesia Católica, visto desde la perspectiva de marca, es haber sido capaz de mantener inalterable durante 2.000 años un propósito. “Hay empresas que después de 50 años en el mercado se plantean definir un propósito. ¿Cómo es posible que no tengas uno ya establecido? ¡Ya sería hora!”, explica Abadía entre risas.

Mantener un propósito inalterable durante 2.000 años, el mayor logro de la Iglesia como marca, según los coautores.

La Iglesia Católica, institución que dispone de “un sistema de comunicación integral”, ha conseguido “además de tener un propósito, de transmitirlo hasta el final de los siglos, de cumplir con el encargo de un chairman”.

Ese chairman al que se refiere Abadía es Jesucristo, figura que, como en las empresas, también cuenta con el respaldo de un CEO, que sería San Pedro. El libro recuerda que el primer papa recorrió varias veces lo que actualmente es Turquía para expandir la palabra de Dios. “Este hombre no tendría precio como director comercial”, defiende Segarra en la publicación.

Según Abadía, esta complementariedad entre un presidente y un CEO, fórmula implantada en las cúpulas empresariales, fue invento de Jesucristo en el año 30.

De lo intangible a lo tangible

Una de las particularidades que tiene la marca de la Iglesia Católica, a diferencia de otras conocidas mundialmente, es que el proyecto parte de algo inmaterial, una promesa, que luego se convierte en cosas tangibles, símbolos y manifestaciones artísticas.

El libro sostiene que la cruz, el símbolo del cristianismo, es “el mejor logo de la historia”, interiorizado por toda la Humanidad y abierto, ya que cualquiera la puede utilizar. Una de las cuestiones que plantea Abadía con humor es qué hubiera pasado si Jesucristo hubiera muerto en vez de en una cruz, en una silla eléctrica. “¿Llevaríamos colgado en el cuello una silla eléctrica? Parece que no”, opina.

Abadía y Segarra analizan a lo largo de 200 páginas múltiples paralelismos entre la marca de la Iglesia Católica con la de otras reconocidas multinacionales, inclinadas por congregar el mayor número posible de feligreses, dispuestos a comulgar con un propósito permanente. Una misión que la Iglesia, la pionera institución, ha logrado con éxito.