El Mundo desarma sus delegaciones ante las dificultades para competir con la prensa regional
Llueve sobre mojado en El Mundo. Tres años después del último ERE en el que causaron baja 38 trabajadores del diario, y en el marco de una larga etapa de austeridad, la dirección de Unidad Editorial ha comunicado al comité de empresa la puesta en marcha de nuevos recortes.
La reestructuración afecta íntegramente a las delegaciones regionales de El Mundo y se encuadran en un total de nueve despidos. Según ha confirmado este medio por fuentes sindicales, los ceses afectan a dos personas en la filial de Valencia, una en la del País Vasco, tres en la de Baleares y tres en la de Cataluña.
Entre estas bajas se cuentan la de Álex Sàlmon, director de El Mundo en Cataluña, que abandonará el diario después de 30 años; y Tomàs Bordoy, el responsable de la edición balear. A excepción de la secretaria de Sàlmon, el resto de afectados son periodistas.
Precisamente El Día de Baleares ha anunciado este mismo jueves que Eduardo Colom será el encargado de tomar el testigo de Bordoy en la jefatura que ocupaba desde 2013. Un cambio en los mandos que el medio vincula con su apuesta por «seguir ofreciendo información de calidad basada en el periodismo de investigación y de denuncia».
No obstante, los representantes de los trabajadores de Unidad Editorial denuncian que con la rescisión de estos contratos «las delegaciones de periódico se quedan en la práctica casi desmanteladas». Sin ir más lejos, la delegación valenciana pasa a estar integrada por siete personas en Valencia y cinco en Alicante.
Ha ejecutado nueve despidos, que suponen la baja de Álex Sàlmon y Tomàs Bordoy, responsables de El Mundo en Cataluña y Baleares, respectivamente.
Sobre las razones de estos despidos, la empresa apunta principalmente a motivos económicos, pero también a productivos y organizativos. Y es que ante las enormes dificultades para competir con la prensa regional en materia publicitaria, la dirección ha optado por acentuar la integración con Madrid aportando más contenidos a la edición nacional.
No en vano, la sorpresa por estos despidos es doble. Tanto porque no se esperaban como por las condiciones bajo los que se han ejecutado. Los sindicatos denuncian que no se han negociado y que las personas afectadas serán indemnizadas sólo con 20 días de salario por cada año trabajado y un límite máximo de 12 mensualidades, que es lo que establece la ley tras la reforma del mercado laboral.
Hasta ahora, en los distintos expedientes de regulación de empleo aplicados en ese grupo de comunicación, la empresa siempre se había sentado a negociar. En el ERE aplicado en 2016 la indemnización acordada fue de 37 días de salario por cada año trabajado, más 5.000 euros a cada persona despedida, y un límite de 20 mensualidades. En otros despidos posteriores, la indemnización fue de 33 días por año, 3.000 euros y el mismo tope máximo.