El documental sobre Pedro Sánchez, una idea con riesgos y oportunidades reputacionales

| 26 SEPTIEMBRE 2022 | ACTUALIZADO: 27 SEPTIEMBRE 2022 8:52

Producir una serie documental sobre el día a día del presidente del Gobierno es una idea especialmente delicada. La propuesta de Andrés Varela Entrecanales, accionista de Prisa y propietario de The Pool, coproductora del documental sobre Pedro Sánchez junto a Secuoya, siembra dudas sobre el impacto reputacional que puede generar tanto al jefe del Gobierno como a las partes implicadas en el proyecto.

Este medio publicó hace unos días, por ejemplo, que Secuoya se desplomó en bolsa hasta perder una cuarta parte de su valor desde que se anunció su participación en la producción que, en principio, se titulará Las cuatro estaciones. Muchos interrogantes, también, sobre los efectos reputacionales que puedan acarrear al medio o plataforma que se anime a comprar la producción. En Moncloa aceptaron la idea, convencidos de la contribución a la imagen del jefe del Gobierno, pero ¿es una acción de comunicación realmente fructífera?

Los expertos en comunicación política consultados por DIRCOMFIDENCIAL coinciden en el elevado riesgo que conlleva el producto. El nuevo presidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), Óscar Álvarez, considera que “es una decisión arriesgada», porque «en España no existe una tradición de elaborar este tipo de contenidos políticos y, en segundo lugar, porque en el contexto de alta polarización social y política que vivimos, se utilizará como un arma de desprestigio por parte de los adversarios políticos”.

El paisaje político en el que se rueda el documental cobra especial relevancia en el análisis reputacional. El director de Asuntos Públicos de Grayling, Luis Tejero, opina que “en un momento en el que la política despierta una desconfianza generalizada entre los ciudadanos, es lógico que un documental sobre el jefe del Gobierno sea recibido con escepticismo o incluso despreciado como material puramente propagandístico. Más aún, teniendo en cuenta que su estreno previsiblemente coincidirá con un año repleto de elecciones y casi con la candidatura de Sánchez ya impresa en las papeletas”.

Ejemplos de documentales sobre líderes políticos.

Tejero también subraya la idea de que en España “no tenemos una tradición consolidada de documentales sobre líderes o campañas electores, a diferencia de lo que ocurre fuera de nuestras fronteras. El experto pone como ejemplo Estados Unidos, con títulos como The War Room sobre Bill Clinton, Journeys with George sobre Bush hijo o By the People, sobre Barack Obama; Brasil, con Entreatos sobre Lula da Silva o Francia con Les coulisses d’une victoire sobre Emmanuel Macron.

“El intento más reciente de humanizar a los políticos españoles en televisión”, dice, “son las entrevistas que les hace Bertín Osborne en torno a una copa de vino y un buen plato de comida, en un ejercicio de infoentretenimiento que no suele arrojar grandes titulares”.

La doctora en Comunicación y vicepresidenta de ACOP, Paloma Piqueiras, defiende que, aunque todavía “es difícil valorar el impacto comunicativo y reputacional que pueda tener”, la gran pregunta es qué va a pesar más en el documental, si “la imagen humana que se pretende transmitir de Pedro Sánchez o el mensaje de la oposición en el que previsiblemente acusen al Gobierno de propaganda. Ahí creo que está la respuesta a si este documental puede reforzar o desgastar la imagen del líder”.

Bertín Osborne con el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

Los especialistas en comunicación política están de acuerdo en que, para impulsar una buena imagen del líder, el documental debe incluir una faceta más humana del presidente del Gobierno. Pedro Sánchez en bambalinas. El presidente de ACOP considera oportuno que en la serie “el espectador forme parte en primera persona del backstage de la política sin injerencias y con objetividad. Cualquier intento de edulcorar o exagerar su imagen será, sin duda, negativo”.

El director de Asuntos Públicos de Grayling opina que “el documental debe aspirar a presentar a Sánchez con naturalidad, como un político de carne y hueso que tiene momentos de duda, debilidad o cansancio. Más allá de la figura que todos conocemos de un presidente que domina el teleprompter, es de esperar que veamos un rostro más cercano y menos frío de un político que abre las puertas de su residencia para mostrarnos escenas cotidianas”.

Mostrar naturalidad sin caer en la propaganda, clave según expertos.

¿Qué no debería incluir la serie si se quiere trasladar una imagen atractiva del presidente? Tejero cree que “es inevitable que a este documental, como a cualquier otro contenido de carácter político, le lluevan críticas, pero la controversia será menor en la medida en que consiga ajustarse al convenio y rehuir cualquier vocación de “propaganda o publicidad partidista o política”, como quedó reflejado en el BOE. Cualquier elogio desmesurado se volverá en contra del protagonista”.

La doctora por la Universidad Complutense de Madrid señala que “lo realmente atractivo de estos documentales es conocer lo que las cámaras no captan habitualmente. Comunicativamente sería mucho más interesante que mostrasen facetas personales que contribuyan a mejorar los atributos que quieran destacar de él”. La clave para Piqueiras es la espontaneidad. “Si la naturalidad pierde peso porque el documental se ve excesivamente guionizado o el presidente parece impostado, el fracaso está asegurado y la crítica fácil garantizada”, concluye.

Un formato con dudoso rédito electoral

Los especialistas desconfían en la posibilidad de que el resultado del documental condicione en el resultado en las urnas. Tejero opina que “este documental difícilmente hará que Sánchez gane o pierda votos. Si acaso, servirá para reforzar a los ya convencidos y para alimentar conversaciones de los muy cafeteros de la política en Twitter y en los medios de comunicación”.

Por otro lado, Álvarez cree que “puede reforzar la imagen únicamente entre sus votantes y simpatizantes, siempre y cuando cumpla una premisa fundamental, que sea una traslación fiel y real de la actividad política y personal, objetivas y sin injerencias».

La serie la dirige Curro Sánchez Varela y constará inicialmente de dos capítulos de 45 minutos, aunque se podría ampliar otra temporada más.