
Portavoces, ritmos y mensajes: así observan los expertos la comunicación del Gobierno sobre el apagón
Una de las primeras necesidades básicas que reclaman los ciudadanos ante una crisis del calibre como el del gran apagón que sufrió ayer España es la de obtener una respuesta oficial y detallada de hechos que sufren diferentemente.
Ante la situación de urgencia, el Gobierno optó en la jornada del lunes por la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante los medios en dos ocasiones. Una, a media tarde, seis horas después de producirse el apagón, a la que prácticamente sólo se podía escuchar a través de radio analógica, y otra, sobre las 22:30, cuando media España ya había recuperado la normalidad, emitida también por el resto de medios de comunicación.
Contrasta con las intervenciones de otros representantes políticos -de ámbito regional y local-, que sí estuvieron disponibles a la prensa de forma casi inmediata para ofrecer información de servicio público a sus ciudadanos.
«Faltó rapidez para salir. Ahí es necesario un posicionamiento concreto».
En su caso, el argumentario al que se acogió el jefe del Ejecutivo en breves intervenciones sin preguntas de periodistas se basó en reconocer el desconocimiento en torno a las causas sin descartar ninguna hipótesis, incluida la de un posible ciberataque. No obstante, Red Eléctrica niega este último escenario.
Natalia Sara, directora de Sr. Lobo & Friends, opina que la respuesta inicial por parte del presidente del Gobierno fue «tardía«. «En toda emergencia, siempre es clave el factor tiempo. Un contexto en el que la gente no puede comunicarse, es idóneo para el rumor, la especulación y el miedo. Faltó rapidez para salir. Aunque claramente no vas a tener toda la información, sí es necesario un posicionamiento concreto rápido«. «Para decir lo que dijo a las 6 de la tarde, podría haberlo hecho a las 2 y media», añade.
«La comunicación tanto de Moncloa como de Redeia fue impecable».
Esta especialista también justifica la urgencia del portavoz oficial del Gobierno, porque es la figura clave de la centralización de la información, ya que «uno de los grandes problemas de las emergencias es la dispersión de fuentes oficiales de información«.
En su segunda comparecencia, Sánchez concretó que el apagón se produjo tras una pérdida súbita de 15 gigavatios, por causa desconocida, equivalente al 60% de energía demandada. 24 horas después de que España se fuera a cero, el presidente del Gobierno ha ofrecido una tercera comparecencia en Moncloa, en la que reitera que el origen se sigue investigando, aunque apunta a los operadores privados, a quienes se les exigirán las «responsabilidades pertinentes», además de anunciar «cambios» en el sistema, para que «esto no vuelva a pasar».
El presidente de la firma de consultoría de comunicación Asesores de Comunicación Pública, Luis Arroyo, califica de «impecable» la comunicación, tanto de Moncloa como de Redeia. «Dieron información factual, diciendo que estaban trabajando en la incidencia y apareciendo de manera inmediata».
«Sánchez ha ido bastante a remolque del primer ministro portugués».
Este especialista expone que una crisis de esta naturaleza atraviesa cinco etapas. La fase de anticipación, donde se establecen protocolos; la eclosión, como la que se produjo ayer a las 12:35, donde se aplica el manual de crisis y donde -a juicio de Arroyo- ambas partes están actuando de manera sobresaliente; la de perversión, donde se observa con mayor perspectiva la situación, y donde «es posible que se tuerzan las cosas», aparezcan nuevos elementos controvertidos; la síntesis, cuando el público ya tiene un veredicto, alimentado en buena parte por medios de comunicación; y la renovación.
El doctor en Ciencias de la Comunicación, dircom y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Camilo José Cela y la Universidad Europea, Ricardo Gómez Díez, considera que «las portavocías en una crisis de esta magnitud, con varias derivadas, no puede bascular entre el presidente del Gobierno, con tanto retrasos, y un técnico de segunda línea del gestor de la infraestructura eléctrica en España».
Sobre Sánchez, el experto opina que fue «bastante a remolque» del primer ministro portugués, que atribuía a España el origen de la paralización eléctrica. Otro de los errores que resalta es «buscar de manera contradictoria un culpable«, con una actitud «huidista«, protegiendo a Red Eléctrica y su presidenta, Beatriz Corredor. Sobre ésta, asegura no entender su ausencia.
Para situaciones como las de ayer, Díaz recomienda apostar por un primer «discurso de espera», emitida por un portavoz del Gobierno, antes de la intervención del presidente, para informar, por ejemplo, que han empezando a investigar las causas. Esa figura debería recaer, a su juicio, en el ministro de Industria, Jordi Hereu.
El punto fuerte que identifica este especialista sobre Sánchez es «el buen tono emocional» que maneja, sin «añadir ningún tipo de tensión».