Los directivos de LLYC Juan Arteaga, María Esteve, Luisa García y Rogelio Blanco.

LLYC busca aprovechar la ola de inversión latinoamericana para seguir creciendo

| 8 JULIO 2019 | ACTUALIZADO: 9 JULIO 2019 9:01

América Latina sigue representando un mercado muy atractivo para las empresas españolas con expectativas de internacionalización. El mejor termómetro de este atractivo económico es que tres de cada cuatro compañías tienen planes de aumentar su inversión durante este año, según el XII Informe Panorama de Inversión española en Iberoamérica, elaborado por IE University en colaboración con Iberia y LLYC.

Pero aunque muchas empresas españolas ven América Latina como un destino natural de inversión, la región también se ve afectada por riesgos globales como la inestabilidad política, la desaceleración económica o los tipos de cambio. En un escenario como este, las consultoras de comunicación surgen como un potente aliado estratégico para despejar incertidumbres.

«Nuestra visión es que un entorno incierto y volátil en el que las decisiones de los negocios dependen de factores que no son propios de este, sino más exógenos y por tanto difíciles de controlar, el poder tener una interpretación de esa realidad y utilizar la comunicación como fuerza transformadora confiere a las empresas de una herramienta adicional para reducir los riesgos de su actividad». Es el diagnóstico que arroja Luisa García, socia directora regional para España y Portugal de LLYC, acerca de la función que desempeña su firma al ejercer como llave de entrada en nuevos mercados.

La comunicación se presenta en estos casos como un recurso fundamental, tanto para la resolución de conflictos como para aprovechar las oportunidades. Máxime en entornos como el iberoamericano, donde a las empresas españolas les toca competir directamente con las locales. «A la hora de desarrollar proyectos identificas los riesgos y los previenes en la medida de lo posible para minimizarlos», explica García respecto a la función de asesoramiento que prestan las consultoras.

En cierto modo, el cambio de paradigma socio-político ha contribuido a que firmas como LLYC hayan transcendido la comunicación. Además de tender puentes, los tiempos actuales también les exigen que ayuden a detectar nuevas oportunidades. «El ejercicio que tienen que empezar a hacer las compañías ya no es distribuir mi mensaje y hacerlo de forma muy intensa o repetitiva, sino identificar qué conversaciones están sucediendo ya y en cuáles tienes legitimidad para participar y ganarte la credibilidad para convertirte en un interlocutor», razona al respecto la socia de la firma.

Los servicios de comunicación que demandan las empresas españolas al otro lado del Atlántico son muy diversos. María Esteve, socia y directora general de LLYC Colombia, señala que una de las actividades más consolidadas son los Asuntos Públicos. «Necesitamos facilitar que haya un punto de encuentro y de interpretación de la agenda pública, con respecto a los intereses y por supuesto la gestión de riesgos».

Juan Arteaga, director general de la delegación mexicana, apunta a este área y al de Consumer Engagement en un contexto donde las empresas demandan soluciones integrales. «Buscamos estar muy cerca de organismos, lo que exige estar muy atentos y escuchar las necesidades» de los clientes, añade su compañero Rogelio Blanco.

Pone el foco en la inversión tecnológica y en sumar nuevo talento.

También va ganando peso un área de especial interés sensibilidad, como es la Reputación Corporativa. «Ya no se trata de la crisis que me hace daño, sino el riesgo que no preveo y me hace perder valor automáticamente», añade García en relación a la preocupación importante de las empresas por adquirir un compromiso ético cada vez más grande.

Si bien las barreras de entrada en el mercado iberoamericano se han endurecido, lo cierto es que el desembarco de LLYC se produjo principalmente de la mano de compañías locales. Esa particularidad ha permitido a las delegaciones crecer de forma autónoma, gracias a que cuentan con un equipo de profesionales muy amplio repartido por todo el continente y en el que se fomenta el intercambio de conocimiento continuo.

«Cada día hablamos con tres o cuatro países, también porque tenemos clientes compartidos, pero por una cuestión de asesoramiento», cuenta Arteaga. Palabras que subscribe Blanco al añadir que «hay una clara intención de la organización por hacerlo, pero también que es la respuesta natural a cómo funciona el mundo».

Volviendo a la cuestión inicial, la consultora confía en que la la ola de inversión prevista permita seguir creciendo en cada uno de los mercados en los que opera. Y para hacerlo posible, Esteve sostiene que «hay que acompasar esas condiciones con el momento del potencial inversor para diseñar la solución a medida».

García, en cambio, prefiere poner el foco en la tecnología, «porque estamos convencidos de que van a cambiar todavía más las formas en que nos comunicamos», y en seguir incorporando nuevo talento