Alfredo Urdaci: La corona y los delincuentes

| 16 DICIEMBRE 2017

Hablo de The Crown, ese relato fascinante sobre la historia de la monarquía británica en la segunda mitad del siglo XX.

Si no la ha visto, está perdiendo el tiempo. Atrapa desde el primer minuto: por la sutileza con la que están perfilados los personajes, por la precisión con la que se relatan las relaciones entre poderes, por la hondura psicológica con la que se dibujan los personajes, sus tensiones para encajar en el papel que les ha tocado en el guión de la historia. Cada capítulo es una lección de buen cine, de iluminación, de tratamiento del sonido.

Pero la primera sorpresa de la serie aparece en los primeros segundos de la grabación, antes de que lleguen los créditos iniciales. Un tipo con cara de buenos amigos te agradece en nombre de la industria del cine que hayas comprado la serie. Mientras habla cae del cielo un enorme bloque de letras que golpea contra el suelo con un sonoro “thank you”. Y uno ve reconocido el gesto de comprar por la vía legal un producto audiovisual que otros quizá obtienen en el mercado de los piratas.

«En lugar de hacer que el cliente participe satisfecho de la tarea de fomentar la creatividad le culpan de las agresiones que sufre la industria».

Sugiero a la industria española que copie esa comunicación amable. Uno compra una película en España y tiene que soportar un minuto y medio de advertencias sobre lo malos que son los delincuentes que piratean, el daño que hacen a los creadores y a los profesionales del cine. Eso se lo cuentan a alguien que ha comprado la película, y se lo dicen antes de que vea la película. En lugar de hacer que el cliente participe satisfecho de la tarea de fomentar la creatividad le culpan de las agresiones que sufre la industria. Es el mensaje equivocado en el lugar equivocado. Muchas gracias por leerme.