Beatriz GonzálezBeatriz González.

Beatriz González: Que nos rompan el corazón, pero solo un poquito

| 16 DICIEMBRE 2022

La Navidad es uno de esos momentos en los que la publicidad cobra un papel aún más relevante si cabe, estamos más atentos que nunca y somos más permeables a la comunicación, independientemente del soporte o el medio.

Cuando llega diciembre, el equipo al completo nos sentamos juntos a ver todos los anuncios navideños según van saliendo. Es una tradición sagrada, si ves uno sin el resto, se consideraría una traición similar a ver el último capítulo de Juego de Tronos sin tu pareja, imperdonable. Los vemos y hacemos nuestro ranking, donde valoramos muchos factores: creatividad, narrativa, mensaje, reparto… A mí siempre me gusta incluir uno que denomino “la escala de llorabilidad”, a mayor nivel de lágrima, mejor posición en mi ranking. En este último, no solo cuenta la emotividad o el trasfondo del mensaje. Supongo que, como todo, en este factor influye muchísimo el momento. Para mí la Navidad siempre es el momento perfecto para comunicar y, sobre todo, para generar valor en un público hiper receptivo a tu mensaje. Y así poder romper un poco, un poquito solo, el corazón de tu consumidor. Porque en realidad, somos masoquistas y nos encanta que nos rompan, de vez en cuando, un poquito el corazón.

Pero ¿qué es lo que rompe el corazón de un anunciante, y no necesariamente de esa manera bonita que comentábamos antes? La sensación de que los medios están super saturados de marcas en esas fechas, aunque es un momento ideal para comunicar.

Si pensamos en OOH, en estos últimos meses hemos asistido a su recuperación, alcanzando de nuevo su tradicional segunda posición como medio más consumido y, además, debemos tener en cuenta que sigue siendo uno de los medios líderes en recuerdo de marca, ya que no es un entorno intrusivo o que resulte molesto al consumidor. Con lo que, si unimos estos datos a que usualmente en estas fechas se registra uno de los mayores niveles de tráfico en calle de todo el año, momento perfecto para comunicar, ¿no?

En 2022, hemos asistido a índices de ocupación del medio exterior como hacía años que no se recordaban y no, no me refiero solo a antes de pandemia. A lo largo de este año, la digitalización ha seguido transformando las ciudades de la mano de todos los agentes del sector. Se han instalado más de 300 nuevas pantallas en las calles de las principales ciudades españolas y, sobre todo, se ha apostado por soportes de calidad. En el caso de Madrid, por ejemplo, grandes formatos espectaculares como los que ahora lucen en algunos intercambiadores, que ya se codean con las pantallas icónicas de la capital. Así, hemos conseguido llegar donde antes no podíamos y contamos con una mayor oferta y espacio para todos.

Muchas de las marcas que inundan las calles en diciembre llevan acompañándonos todo el año, y gracias a todas las capacidades del exterior y a su crecimiento en número de soportes y opciones hay más hueco y posibilidades para todos y es que los usuarios siguen enamorados del medio y si no están sus marcas, las echan de menos.

«En 2022, hemos asistido a índices de ocupación del medio exterior como hacía años que no se recordaban».

Como ya apuntábamos, el exterior se percibe como un entorno con el que se convive bien, que no interrumpe y además aporta información de calidad, no pensamos “cuánta publicidad hay en la calle, horroroso, ¡me voy a casa!”. Lo mejor de todo es que en Navidad, las calles no se conciben solo como un espacio de tránsito, sino de ocio. Y eso hace que las personas estemos aún más receptivas a la publicidad en calle. Así que, ¿por qué no aprovechar ese momento? Rompe las normas. Reta a tu equipo creativo. Sé “el Netflix” de estas navidades. Lanza ese mensaje súper potente que tenías en la recámara. Genera verdadero valor en tu consumidor, que es el momento, rompe unos cuantos corazones.

Es una de las Navidades en las que más libres seremos desde hace tres años. Seamos libres y disfrutemos de la calle, que ganas, no nos faltan.

Ojalá esta navidad, el anuncio adecuado, en el momento preciso, te rompa un poquito el corazón. Ojalá que un anuncio te impacte tanto, que se lo tengas que enviar a tu hermano que está lejos, a ese grupo de Whatsapp con tus amigos de toda la vida, enseñárselo a tus padres cuando vayas un día a casa a comer y a tu pareja antes de acurrucarte en el sofá. Y me contáis qué tal la escala de llorabilidad con ellos, a ver si entra en su ranking 😉.