Multa de 2,3 millones de dólares a una agencia en Estados Unidos por fraude publicitario

| 10 FEBRERO 2017 | ACTUALIZADO: 10 FEBRERO 2017 11:59

Un tribunal de Texas (Estados Unidos) condenó la semana pasada a una agencia especializada en SEM -TriMax Media- a pagar a uno de sus competidores 2,3 millones de dólares por cometer un fraude publicitario.

Este caso comenzó cuando uno de los clientes de TriMax Media abandonó la compañía y decidió contratar a otra de la competencia: Wickfire. Tras esa decisión, la agencia condenada comenzó a pujar en los buscadores por varios términos relacionados con los clientes de Wickfire y a hacer multitud de clicks en esos anuncios que se ofrecían en los resultados de búsquedas. Esta práctica fraudulenta provocó que los costes de publicidad digital de los clientes de Wickfire -hasta 140 empresas- se incrementaran exponencialmente.

Como es lógico, esto provocó un gran quebranto a Wickfire, cuyos clientes expresaban continuamente a su proveedor cómo era posible que el gran gasto que le estaba ocasionando la publicidad en los buscadores apenas tuviera retorno, a pesar de que parecía que los usuarios sí que hacían click en los anuncios. En declaraciones a adage.com, Chet Hall, CEO y fundador de Wickfire, señala que se ha pasado meses dando explicaciones sobre ello a sus clientes.

No solo eso. En su guerra con Wickfire, TriMax Media llegó a disponer de varias cuentas falsas en Google AdWords supuestamente creadas por directivos importantes de la agencia estafada. TriMax Media utilizó estas cuentas para comprar anuncios falsos y dar apariencia de que provenía de Wickfire. Con ello, la intención de TriMax era dar la impresión de que Wickfire estaba violando sus contratos con sus clientes, redes de afiliados y con Google.

Para destapar este escándalo, Wickfire tuvo que valerse de compañías terceras, como Google, Verizon y AT&T.