Reino Unido prohibirá anuncios de “comida basura” en TV antes de las 21:00 y por completo en internet desde 2023

| 27 JUNIO 2021 | ACTUALIZADO: 28 JUNIO 2021 11:14

El Gobierno británico ha adelantado una de las medidas más restrictivas del mundo del marketing en torno a la alimentación. A partir de 2023 no permitirá la emisión de anuncios de la denominada “comida basura” en televisión antes de las nueve de la noche y además vetará completamente esa publicidad en digital. Con ese plan pretende atajar la crisis creciente de obesidad en el país, especialmente la referida a los niños. Las restricciones afectarán a productos de alto contenido en grasas, sal y azúcar.

El impacto de esta decisión es incierto pero puede ser elevado. Cada año las marcas de alimentación invierten más de 600 millones de libras en publicidad televisiva y digital en Reino Unido, y The Guardian calcula el posible lucro cesante en más de 200 millones para diferentes canales. En lo relativo a internet, la planificación en anuncios de comida se estima en torno a 400 millones anuales en ese país.

El origen de estas medidas se remonta al año pasado, cuando el primer ministro Boris Johnson recuperó la idea de prohibir completamente la publicidad de alimentos poco sanos debido a la vinculación de la obesidad a mayor riesgo de muerte por coronavirus. Según indican medios británicos, una de las claves de este endurecimiento ha sido precisamente la experiencia personal de Johnson, que se vio en una situación comprometida de salud tras haber contraído el COVID-19, agravada como consecuencia de su propio sobrepeso.

El Gobierno británico ultima una de las normativas más severas del mundo sobre
publicidad de productos considerados poco sanos.

Esa iniciativa había estado sobre la mesa en diferentes ocasiones en tiempos recientes, pero nunca se ha trasladado de manera integral. Lo que sí han hecho sucesivos gobiernos británicos es estrechar el margen de actuación a la hora de anunciarlos. Pese a esos ajustes, el Gobierno calcula que los menores de 16 años se vieron expuestos a más de 15.000 millones de anuncios online de esta clase de productos en 2019, cuando dos años antes habían sido 700 millones.

En todo caso, la normativa contiene diferentes excepciones que aminorarán su impacto y podrían aliviar en cierto grado a los soportes que perderán esa planificación. La principal es que las marcas que comercializan esos alimentos poco sanos podrán seguir anunciándose con normalidad, siempre y cuando no aparezcan esos productos en las creatividades. Además el Gobierno dejará exentos de este bloqueo a diferentes artículos como miel, mermelada o bebidas sin azúcar. También podrán seguir haciendo publicidad sin problemas las empresas con menos de 250 trabajadores.

Por otro lado, no hay restricciones para anuncios en audio ni tampoco en exteriores. Y todas las compañías afectadas podrán seguir promocionando esos alimentos mediante sus propiedades digitales, como webs y aplicaciones, y también en medios ganados como perfiles en redes sociales. La lista de productos vetados se actualizará regularmente.

Según Jo Churchull, ministra de Salud Pública, estas medidas podrían retirar hasta 7.000 millones de calorías de la dieta de los niños anualmente, con lo que se reduciría el número de menores obesos en más de 20.000 a lo largo de los próximos años. Una investigación reciente apunta que uno de cada tres niños que abandona la escuela primaria británica tiene sobrepeso o es obeso, algo que afecta en total a dos tercios de los adultos del país.