Acoso a periodistas: el 37% de las presiones proceden del propio medio

| 7 MARZO 2017

Este lunes la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) emitió un comunicado a primera hora de la mañana en el que exigía a Podemos acabar con la campaña de acoso ‘sistematizada’ que ha realizado en el último año contra los periodistas que cubren la información del partido.

Tan pronto como se publicó el comunicado, los principales medios nacionales, tanto escritos como audiovisuales, se hicieron eco del mismo, lo destacaron en sus ediciones y estuvieron al quite de las reacciones que se fueron produciendo a lo largo del día. No obstante, este seguimiento pormenorizado dilata el verdadero grado de presión que ejercen los poderes políticos sobre los profesionales de los medios.

Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, se pronunció sobre el tema asegurando que no se sentía «reconocido en estas acusaciones«. Para restar importancia a la denuncia realizada por la organización, expuso que en España «el 75% de los periodistas -según la propia APM- reconoce recibir presiones por parte no de los partidos, sino por sus jefes y propietarios de los medios».

El dirigente de la formación morada aludía con ese dato al informe anual sobre la situación de la profesión 2016 elaborado por la misma asociación periodística, aunque el porcentaje no estaba del todo afinado. Según revelaba este documento, el 79% de los periodistas con contrato en medios de comunicación reconocían haber recibido presiones en alguna ocasión durante el ejercicio de su actividad.

El 32,9% de las presiones reconocidas proceden de los poderes políticos y el 30% de los económicos

En su amparo a la denuncia presentada por un grupo de periodistas, la APM destaca que el objetivo de estas coacciones es «minar la credibilidad y el prestigio de estos profesionales», los cuales se ven obligados en ocasiones a un bombardeo constante de mensajes que intentan menoscabar y «ridiculizar» su trabajo, además de representar una vulneración a la libertad de información.

En este sentido, en su mismo informe presentado hace solo unos meses se precisaba que el 32,9% de las presiones reconocidas proceden de los poderes políticos, el 30% de los económicos y el 37,2% de los medios para los que trabajan. Más en concreto, se reciben de las personas relacionadas con la propiedad o la gestión de la empresa.

Estas cifras ponen sobre la mesa dos conclusiones. La primero es que los intentos por orientar o influir en el sector de la prensa llegan en igual medida, o incluso un poco antes, desde dentro de los medios en los que están contratados los periodistas que de las formaciones políticas.

Por otro lado, genera unas sospechas en torno a la independencia informativa que pone en entredicho el que los medios sean siempre los más apropiados para salir al paso «de cualquier campaña que trate de impedir que los ciudadanos reciban información veraz, rigurosa, diligentemente contrastada y de interés público», tal y como solicita la APM en su comunicado.

Esta situación, ya de por sí grave para el libre ejercicio de la actividad periodística, empeora cuando se comprueba que las coacciones surten efecto en el 74,8% de estas situaciones, mientras que sólo en el 25,2% el periodista se mantiene en su orientación. La principal razón por la que se cede es debido al miedo a las represalia (52,9%) y por entender que no es lo que interesa a la empresa (21,5%).

Volviendo a la cuestión del supuesto acoso de Podemos a periodistas, Irene Montero declaró ante los micrófonos de la cadena Ser que “el 75% de los periodistas de este país se autocorrigen informaciones por miedo al despido”. Una afirmación que no es precisa a juzgar por los datos del informe de la APM, donde se pone de relieve que el 57,2% (de los 1.833 profesionales encuestados) manifiesta haberse autocensurado en algún momento por miedo al despido (20,2%) o a ser relegados de su puesto (48,6%).