El Punt Avui pacta una quita para sus 10 millones de deuda
Joaquim Vidal dejó arreglados varios asuntos de gestión antes de desprenderse de su histórica del 75% participación en El Punt Avui. Fue a finales del año pasado cuando el ex senador por Convergència i Unió (CiU) acordó la venta del grupo de comunicación a Joan Vall Clara, hasta ese momento consejero delegado.
La operación se selló por el simbólico precio de un euro ante la complicada situación que atraviesa Hermes Comunicacions, editora de El Punt Avui. Particularmente delicada era la cuestión de la deuda, de la que Vidal era el principal acreedor tras varias extensiones de crédito millonarias.
Al cierre del ejercicio de 2019 el pasivo de la compañía se situaba en los 10 millones de euros. No obstante, en la junta extraordinaria de socios celebrada el 7 de febrero de este año se llegó a un acuerdo de refinanciación con el propio Vidal. Como resultado del acuerdo alcanzado, el antiguo propietario accedió a aplicar una quita de medio millón de euros para no comprometer la viabilidad del grupo.
Las negociaciones con Vidal para la reestructuración del pasivo establecen además la posibilidad de aplicar nuevas quitas, hasta un máximo de 7,1 millones de euros en los próximos ejercicios, condicionadas al cumplimiento de los nuevos vencimientos pactados. Solución que no basta para solventar las urgencias financieras de El Punto Avui, ya que tiene contraída otra deuda por importe de 2,5 millones de euros con el Instituto Catalán de Financas, que también le ha condonado 1,2 millones.
La Sociedad ha elaborado un plan financiero con el que prevé poder dar cumplimiento a los términos acordados y, por tanto, asegurar la continuidad de su actividad. De ello depende en gran medida la evolución del negocio del grupo, que en 2019 prosiguió la tendencia negativa de los últimos años. En concreto, cayó un 8,63%, hasta los 13,6 millones de euros de ingresos.
La compañía justifica este descenso por el cierre de la televisión El Punt Avui, ocurrido a finales del año pasado, y la aplicación del artículo 155 en Cataluña, que provocó una paralización de la contratación de la publicidad institucional. Carencia que no alcanzó a ser compensada con las subvenciones, las cuales ascendieron hasta los 523.161 euros en 2019, frente a los 552.628 euros del año anterior.
Con todo, Hermes Comunicacions saldó el ejercicio con un beneficio de 340.878 euros, resultado que supone una mejora más que considerable respecto a los números rojos de 634.529 euros registrados en 2018.
Esta mejora se explica, en parte, por el proceso de reestructuración iniciado en 2018 y que había supuesto 60 despidos hasta principios de este año con un coste de 1,7 millones de euros en indemnizaciones. Al mismo tiempo, se ha llevado a cabo una política de optimización de los costos, cerrando la sede de Barcelona y centralizando toda la producción en la sede central de Gerona. Desde la compañía señalan que la crisis actual obliga a aplicar nuevos ajustes.
