El Tribunal Supremo asevera que Unidad Editorial tenía falsos autónomos en su plantilla

| 21 JUNIO 2021 | ACTUALIZADO: 22 JUNIO 2021 8:50

La Justicia ha definido la ‘singular vinculación’ entre un grupo de fotógrafos y Unidad Editorial: eran falsos autónomos. Tras varias idas y venidas y una infinita batalla de sentencias y recursos, el Tribunal Supremo ha confirmado que los fotógrafos Bernardo Díaz, Sergio Enríquez, Sergio González y Antonio Heredia debían formar parte de la plantilla del grupo.

Los cuatro profesionales demandaron a El Mundo y a las empresas que editan los suplementos de ese diario -para las que trabajaban en exclusiva- tras llevar 12, 16, 18 y 25 años como falsos autónomos sin observar ninguna intención de cambio o reconocimiento por parte de la empresa.

En 2019 una juez de lo social les dio la razón y, un año después, el Tribunal Superior de Justicia confirmó esa sentencia rechazando el recurso que había interpuesto la editora de El Mundo. Ahora, el Tribunal Supremo ha inadmitido el recurso de casación de la entidad y ha dictado una resolución contra la que ya no cabe réplica. Además, tras el fallo Unidad Editorial tendrá que hacerse cargo de las costas judiciales.

Con ellos son ya 16 los fotoperiodistas a los que Unidad Editorial ha tenido que indemnizar o admitir en plantilla en la última década.

Con ellos son ya 16 los fotoperiodistas a los que esta compañía ha tenido que indemnizar o admitir en plantilla en los últimos diez años, a unos porque los jueces les dieron la razón y a otros porque llegaron a acuerdos antes de demandar o celebrarse el juicio.

Ahora, en la mencionada sentencia, ha quedado probado que la empresa distribuía a diario las tareas entre los fotógrafos, sin hacer distinciones entre personal de la plantilla y colaboradores.

Según el Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM), en el día a día “les decían dónde debían realizar su trabajo” y cuando tenían que desplazarse fuera de Madrid “era la empresa la que gestionaba los hoteles y billetes y les abonaba los gastos”. Asimismo, las fotografías que estos hacían quedaban almacenadas en el departamento de comunicación la editora y “podían ser publicadas después en cualquier diario o revista del grupo”.

Al estimar los argumentos del abogado de los fotoperiodistas, la magistrada sentenció que al tener relación laboral con la empresa debían formar parte de la plantilla con la categoría de redactores gráficos y conservar la antigüedad de los años que llevaban trabajando allí.

En mitad de dicho contexto, desde SPM han querido aclarar que el Comité de Empresa de El Mundo -que forma parte de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP)- “siempre ha intentado que los fotógrafos colaboradores fueran incorporados a la plantilla, pero la empresa se ha negado”.