Zeta pacta un acuerdo de ERE y retoma las conversaciones de venta

La tormenta perfecta desatada en El Periódico de Catalunya por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado a mediados de febrero ha desembocado finalmente en 135 despidos, frente a los 177 que planteaba inicialmente el Grupo Zeta.

El proceso de negociación no ha sido fácil. La tensión ha marcado de principio a fin las conversaciones entre comité y empresa durante los dos últimos meses, pero ambas partes han terminado llegando un acuerdo que, además de rebajar la cifra de salidas iniciales, suaviza las medidas de recorte.

En cualquier caso, ni los trabajadores ni la compañía se muestran satisfechos con las condiciones alcanzadas. Los primeros porque se ven abocados a soportar un goteo de salidas hasta mediados de 2019 que, una vez cortado, habrá dejado reducida la plantilla a prácticamente la mitad.

Según explican fuentes del comité, el ERE obligará a externalizar varias secciones como consecuencia de su desmantelamiento, cierre o, en el mejor de los casos, su continuidad a cambio de ser reducido a la mínima expresión.

Tal es el caso, por ejemplo, del departamento de traducción al catalán de la cabecera, que pasará de 22 personas a apenas cuatro, o de sistemas informáticos, en el que directamente se despedirá a los 9 trabajadores; documentación (5 despidos) o publicidad (4). No obstante, el grueso del ajuste se llevará a cabo en la redacción de E Periódico, con 61 salidas de un total de 220 empleados.

Gasto de 12 millones de euros

El ERE tampoco es una buena solución para el grupo, puesto que su ejecución les supondrá un gasto de más de 12 millones de euros, entre el pago de indemnizaciones y liquidaciones. A cambio, espera ahorrar nueve millones de euros a posteriori.

Pero además, la dilatación del proceso de negociación ha enfriado el intereses de los potenciales interesados en pescar dentro de la compañía. Aunque de cara la galería no hay ningún activo a la venta, pero hace tiempo que la familia Asensio escucha ofertas.

Se llegaron a mostrar interesados Vocento y Prensa Ibérica, pero los elevados costes que soporta el grupo y el elevado precio que pedía Zeta por desprenderse de cualquiera de sus publicaciones habría terminado desalentando a cualquier de estos editores. No en vano, una vez cerrado el proceso la ajuste, la idea es volver a sondear el ánimo del mercado con vistas a cerrar una posible compra en el corto plazo.