10 consejos sobre cómo tratar a un periodista

| 19 DICIEMBRE 2017 | ACTUALIZADO: 20 DICIEMBRE 2017 9:31

El trato profesional con un periodista puede, en ocasiones, resultar arduo. Para mejorar el acercamiento a los especialistas de la información, el director de Confilegal, Carlos Berbell, ha publicado un decálogo para que las relaciones con los periodistas se desarrollen de la mejor manera posible en su ámbito profesional.

Los periodistas buscan, ante todo, contar la verdad de los hechos de la manera más rápida posible y, si las condiciones lo permiten, dar la noticia antes que ningún otro medio. Para ello, en su día a día tienen que entrevistar a personas a las que les ha sucedido algo o que aportan información necesaria para la realización de la pieza informativa.

Como es de esperar, muchos de los entrevistados se encuentran en una nueva situación en la que no saben muy bien cómo desenvolverse. Con el propósito de facilitarles el encuentro tanto a a la fuente como al periodista, el medio espacializado en el ámbito jurídico ha creado este el decálogo:

1. No mentir al periodista. Mentir o intentar engañar a un profesional de la información puede acarrear al entrevistado serios problemas. En términos generales, el informador se dará cuenta en el momento de la mentira, porque ese es su trabajo. Pero si lo hace tiempo después, al verificar fuentes, ha perdido la total confianza tanto del periodista como del medio y recuperarla no es tarea fácil.

2. Considerar los tiempos de trabajo. La labor diaria de los medios de comunicación está supeditada a unos tiempos de publicación. Si un periodista se pone en contacto con una persona para obtener información, si dicha persona está interesada en contestar, deberá hacerlo lo más pronto posible. En este sentido, si no cuenta con los datos requeridos pero tiene intención de proporcionarlos, debería preguntar del tiempo que dispone para su entrega, mostrando respeto por la profesión periodística.

3. Proporcionar titulares a la noticia. Esta es la manera más rápida de hacer llegar la información interesada al entrevistador. Además, ayuda repetirlo en varias ocasiones y prepararlos a conciencia antes del encuentro.

4. Evitar el lengua técnico. Una de las características más importantes del texto periodístico es que este sea directo, claro y sencillo para que el mensaje sea entendido por el receptor. Por ende, si se tiene que enfrentar a explicar un término desconocido de una materia concreta, esta tendría que ceñirse a los mismos criterios que los del mensaje periodístico.

5. Condicionar -en la medida de lo posible- la publicación de la entrevista. En este punto cabe destacar que se pedirá al periodista si la declaración es «off the record» (confidencial) o no y en qué términos deberá aparecer citada. Además, si el entrevistado desea leer la pieza antes de ser publicada, podrá solicitárselo al periodista que podrá concederle la lectura o no. Todo dependerá de la confianza y las intenciones del sujeto.

6. Grabar la conversación. Al igual que el periodista realiza una grabación de las intervenciones del entrevistado para su posterior transcripción, este último también puede hacerlo si lo desea conveniente por los motivos que considere oportuno.

7. Entregar material adicional. Para ampliar los conocimientos del entrevistador sobre el tema o para facilitar su trabajo, se le puede hacer entrega de documentación sobre el asunto a tratar antes o después del encuentro.

8. No responder a preguntas hipotéticas. Esto tiene que ver con la intención de algunos comunicadores de dirigir la conversación hacia los titulares que desea plasmar. Si el encuestado es perspicaz y se da cuenta de esto, deberá aludir a su integridad para no responder a preguntas hipotéticas.

9. Recriminar al propio entrevistador cualquier queja. Cuando finalmente se publica la entrevista, el protagonista de la misma puede considerar que han tergiversado sus palabras -generalmente en el titular. Este está totalmente en su derecho de pedir explicaciones y rectificaciones, pero para evitar problemas deberá no saltarse la estructura jerárquica. Así, el primero al que acudir será el propio redactor, que podrá explicarle lo sucedido y, en su caso, matizar las palabras. Si esto no funciona podrá acudir tanto al jefe del medio como a la jurisdicción correspondiente, en un caso extremo.

10. No responder con un: «Sin comentarios». Esta expresión alerta al periodista de que la información que se pretende ocultar puede ser valiosa. Lo mejor es explicar, en la medida de lo posible, los motivos de por qué no se puede dar a conocer esa información.