Luis Tejero (Roman): «La política europea se siente como lejana, aburrida y difícil de entender»
Public Affairs es una de las divisiones con mayor músculo en Roman, un área que vive un año marcado por una serie de citas electorales que respiran un clima de polarización.
Su director, Luis Tejero, analiza en DIRCOMFIDENCIAL el paisaje electoral tras las elecciones gallegas, vascas y catalanas y en la cuenta atrás a las europeas, que se celebrarán entre el 6 y 9 de junio. Una convocatoria que, en su opinión, «tienden a infravalorarse», en parte, fruto de una escasa «pedagogía» y «profundidad», cuando realmente las decisiones más trascendentales nacen en Bruselas.
Tejero defiende el papel de los consultores de asuntos públicos en su misión de arrojar luz a las compañías sobre los retos regulatorios a los que se enfrentan o pueden enfrentarse. Una labor que, a su juicio, requiere anticipación, agilidad y el apoyo de monitorización e inteligencia.
¿Cómo se vive este ciclo electoral desde el departamento de Public Affairs de Roman?
La sucesión de elecciones en todos los niveles –municipales, autonómicas, generales y europeas– ha contribuido a alimentar entre 2023 y 2024 una cierta sensación de incertidumbre permanente en el panorama político español. Investiduras ajustadas, legislaturas que no terminan de arrancar, campañas que se suceden casi sin descanso entre ellas…Desde Roman, como una de las principales consultoras de comunicación y asuntos públicos del país, nuestra labor es ayudar a las organizaciones a interpretar los escenarios y adaptar sus estrategias, mensajes y propuestas al contexto de cada momento.
¿Estamos ante uno de los ciclos electorales con mayor nivel de polarización –como tanto se escucha últimamente– o considera, más bien, que este fenómeno ha sido constante en los últimos años?
El ruido en el debate público, aunque a veces parezca ensordecedor, no es un fenómeno exclusivo de la etapa actual. Hace dos y tres décadas, durante los mandatos de González, Aznar o Zapatero, ya vivimos momentos de alto voltaje y manifestaciones masivas contra las políticas del Gobierno de turno.
Los profesionales que trabajamos cerca de las instituciones y atravesamos a menudo los pasillos del Congreso sabemos que una cosa son los discursos exagerados y casi teatrales de algunas sesiones en el hemiciclo y, otra bien distinta, los debates más reposados en comisiones parlamentarias y foros que no atraen tanta atención mediática. La polarización existe, pero los políticos dialogan con bastante más frecuencia de lo que recogen las cámaras de televisión.
«Los políticos dialogan con bastante más frecuencia de lo que recogen las cámaras de televisión».
¿Qué sectores están llamados a prestar mayor atención a la actualidad política allí donde ha habido o habrá elecciones en 2024?
Desde el punto de vista regulatorio, la cita más transcendental son las elecciones al Parlamento Europeo (9 de junio). Prácticamente dos de cada tres leyes que se aprueban en España derivan de la aplicación de reglamentos o la transposición de directivas europeas y afectan de forma transversal a todos los sectores, desde los servicios financieros o digitales hasta la circularidad de los envases, la eficiencia energética en edificios, la electrificación del transporte por carretera o el despliegue de las renovables.
Pero las elecciones que nos tocan más de cerca, como las celebradas el 12M en Cataluña, también pueden tener consecuencias muy directas en materia de impuestos, medioambiente, turismo o vivienda, además del potencial impacto en la estabilidad de la legislatura a nivel nacional. Por ello, una estrategia de asuntos públicos bien enfocada debe tener en cuenta todos los niveles de la Administración y apoyarse en un servicio de monitorización e inteligencia que no deje pasar ni una alerta relevante para los intereses de la organización.
España fue uno de los países donde más aumentó la participación en las últimas elecciones europeas de 2019, hasta alcanzar el 61%. Aun así, es un nivel todavía muy alejado de la participación media en elecciones generales. ¿A qué cree que se debe esta amplia brecha?
Las europeas tienden a infravalorarse como elecciones de segunda categoría, cuando en realidad las decisiones que se toman en Bruselas son las que más afectan a las vidas de los ciudadanos y a los negocios de las empresas. Todos tenemos en la cabeza los nombres y rostros de los principales líderes políticos a nivel nacional, pero difícilmente encontrarás a alguien por la calle que sepa identificar a un par de eurodiputados españoles. La política europea no resulta tan atractiva; se siente como lejana, aburrida y difícil de entender.
¿Falta mayor pedagogía sobre la UE? ¿Qué actores pueden contribuir en mayor medida a la concienciación colectiva?
Los medios, y lo digo como alguien que ha trabajado unos cuantos años en la redacción de un periódico, tienen buena parte de la responsabilidad sobre cómo trasladamos los debates institucionales y políticos a la sociedad. Si nos dejamos arrastrar por la tentación de presentar cada proceso electoral como un combate de boxeo o una carrera de caballos, quedará poco espacio para hablar sobre las políticas europeas y su repercusión en asuntos tan importantes como la alimentación saludable y sostenible, la lucha contra el cambio climático, la inmigración o la inteligencia artificial. Falta mucha pedagogía y profundidad.
«Una estrategia de asuntos públicos debe apoyarse en la monitorización e inteligencia».
¿Por qué el apoyo de consultoras que prestan servicios de Public Affairs es especialmente necesario en los ciclos electorales como el que estamos viviendo?
Decíamos al comienzo que la sucesión de citas con las urnas genera incertidumbre o desorientación. Entre tantas campañas, noches electorales y negociaciones de acuerdos de investidura o coalición, los consultores debemos proporcionar anticipación a potenciales cambios institucionales o regulatorios, así como agilidad a la hora de diseñar y ejecutar planes actualizados de interlocución e influencia con los gobiernos y parlamentos entrantes.
Desde nuestra división de Public Affairs ayudamos a las organizaciones con las que colaboramos a mantener encuentros eficaces con actores clave a través de iniciativas como los Roman Insights, una serie de desayunos en tono constructivo entre decisores o legisladores y un grupo reducido de empresas o asociaciones. Por nuestras oficinas han pasado recientemente desde los portavoces parlamentarios de Cambio Climático por el PP y de Industria por el PSOE, hasta el presidente del CIS o un ex secretario de Estado de Economía que hoy ocupa responsabilidades en el sector financiero.
¿Cómo describiría la fotografía de clientes del departamento de Asuntos Públicos de Roman? ¿Qué objetivos se marcan para este año de intensidad política?
La fotografía es muy variada, desde multinacionales de las energías renovables y la movilidad eléctrica hasta empresas del Ibex 35, grupos industriales, asociaciones y organizaciones del tercer sector. Cada uno de ellos con sus matices e intereses, pero todos con un tema en común: la sostenibilidad. Acompañándoles en este camino, en 2024 aspiramos a seguir creciendo en clientes, facturación y equipo bajo el paraguas de Roman, donde tenemos la suerte de compartir proyectos con otras divisiones –Comunicación Corporativa, Financiera, Digital…– con las que impulsamos estrategias de influencia más indirectas y menos convencionales. Otra forma de enfocar los asuntos públicos, aprovechando perfiles y experiencias que combinan lo mejor de cada equipo.