
Martin Alayon San Andrés: El retorno reputacional del patrocinio: medir para maximizar su impacto
En un mundo donde la reputación corporativa se ha convertido en un activo de valor incalculable, las empresas enfrentan el desafío de demostrar el impacto tangible de sus inversiones en patrocinios.
Ya no basta sólo con asociarse a eventos, causas o iniciativas relevantes; ahora, más que nunca, es imprescindible medir, analizar y optimizar el retorno reputacional para tomar futuras decisiones.
Los patrocinios han evolucionado de ser una simple herramienta de visibilidad a convertirse en auténticas estrategias de posicionamiento y diferenciación.
Sin embargo, hasta hace poco, la medición de su impacto se reducía a métricas tradicionales como impresiones, alcance o notoriedad de marca. La pregunta clave es: ¿cómo convertir algo intangible en tangible?
Cinco fases
Para responder a esta necesidad, ATREVIA ha desarrollado una metodología innovadora que permite medir el retorno reputacional de los patrocinios.
A través de cinco fases -identificación del público objetivo, medición del conocimiento alcanzado, valoración del impacto, reconocimiento por parte de los stakeholders e incidencia en la reputación-, esta herramienta ofrece a las compañías una radiografía de la efectividad de sus estrategias de patrocinio.
«Los patrocinios han evolucionado de ser una simple herramienta de visibilidad a convertirse en auténticas estrategias de posicionamiento y diferenciación».
Pero la verdadera disrupción radica en la capacidad de transformar estos datos en decisiones estratégicas. La metodología no solo cuantifica el impacto reputacional, sino que también permite establecer comparaciones entre distintos patrocinios, proporcionando así un marco de referencia para la optimización de inversiones.
Un ejemplo claro de esta aplicación fue nuestro trabajo durante la celebración de los Premios Latin Grammy donde se midió el impacto económico y reputacional de Andalucía tras dicho evento.
A través de esta metodología, se logró evaluar no solo la repercusión mediática y la notoriedad del evento, sino también su impacto en la ciudad anfitriona, logrando sacar datos tan interesantes como el potencial incremento del turismo de aquí a los próximos 3 años.

La reputación es un recurso para poner en valor los intangibles, el principal activo de las compañías. En un entorno global altamente competitivo, donde la confianza y la credibilidad son factores determinantes del éxito empresarial, convertir el patrocinio en una estrategia basada en datos no es solo una ventaja, sino una necesidad.
Hoy en día, las compañías que destacan no son aquellas que simplemente invierten en visibilidad, sino las que saben construir relaciones de valor con sus audiencias y proyectar sus principios y compromisos de manera auténtica.
En este escenario, medir el impacto reputacional de los patrocinios no solo ayuda a justificar inversiones, sino que también convierte cada acción en un modelo de buenas prácticas y liderazgo.
La pregunta ya no es si debemos medir, sino cómo hacerlo para liderar. Y la respuesta está en las metodologías que permiten traducir la reputación en un motor de crecimiento y diferenciación empresarial.