Dolors MarcoDolors Marco.

Dolors Marco: Especialización en periodismo sanitario, ¿sí o no?

| 24 ENERO 2023

Para mí, sólo hay una única respuesta válida: “rotundamente sí”.

Pero recapitulemos y empecemos por el principio… Las dificultades que atraviesan los medios de comunicación (descenso de los lectores y la tirada, aumento de costes, caída de la publicidad…) les han llevado a buscar una plantilla capaz de escribir sobre “casi de todo” y en tiempo real, para los medios digitales. Lejos quedan los tiempos en los que las secciones del diario tenían esas grandes firmas de peso… Y eso es, precisamente, lo que los hacía interesantes.

La sección de sanidad de los medios generales ha sufrido, y mucho, esta situación y nos encontramos con periodistas muchas veces sin la formación necesaria para escribir de salud. Yo soy una firme defensora de la especialización en el sector salud porque, a diferencia de otras áreas, la salud es un tema tremendamente delicado: nos afecta a todos (igual que la alimentación y la educación) y, muchas veces, por el hecho de haber estado enfermos pensamos que podemos hablar sobre medicina, pero no es así. El riesgo de generar alarma social al cometer una imprecisión hablando de un virus es tan alto como el de provocar una caída en bolsa por un error de interpretación en los resultados de una empresa.

El periodista sanitario necesita formarse específicamente en Medicina, conocer la terminología, saber que no es lo mismo incidencia que prevalencia y que el lector común no sabe qué es cada cosa, saber qué es el impacto de una publicación, que un ensayo clínico tiene varias fases antes de poder darlo por válido…, sólo así podrá filtrar la solvencia de una fuente y el interés real que puede tener para el público un determinado contenido.

Para mí, como Directora del Área de Salud, Farma y Tecnología Médica, y anteriormente como Directora Reputación y Comunicación y, por lo tanto, como responsable última de a quién pongo al teléfono o delante de un médico o un investigador, muchas veces me genera una cierta inseguridad.

Es cierto que todos hemos construido nuestra experiencia cometiendo errores, pero yo siempre he aprendido más teniendo junto a mí grandes periodistas y directores de comunicación con los que intercambiar impresiones, consultar en caso de duda, o pedir que me revisaran un texto. Hoy en día, la trepidante actualidad y la velocidad a la que corre la pólvora en las redes hacen que eso no sea posible en muchos casos, y es muy triste caer en la “seguridad” de preferir lanzar una nota de prensa y que se ciñan a eso, que trabajar los temas y ofrecerlos a la medida de cada medio, conociendo los intereses de su audiencia y del periodista que va a trabajar el contenido.

También es cierto que esta práctica es más trabajosa que la elaboración de una nota y requiere del trato cercano con el periodista y la curiosidad -esta palabra nos define como profesión, no hay periodista sin curiosidad- por conocer sus intereses, y en los Departamentos de Comunicación de las empresas “se nos come el día a día” -yo misma me he pasado más de 20 años acudiendo a esta justificación, que es real-. Pero para eso está la visión, la perspectiva que tiene un tercero que además conoce tu terreno y tiene las herramientas y el equipo para una estrategia de este tipo. Las consultoras, que además basan su estrategia de posicionamiento en talento senior, con experiencia, reputación personal y profesional, y, por lo tanto, capaces de afrontar estas situaciones con temple, distancia y criterio.

«La sección de sanidad de los medios generales ha sufrido, y mucho, esta situación y nos encontramos con periodistas muchas veces sin la formación necesaria para escribir de salud».

La formación especializada en un sector tan sensible, como lo es la salud, es una carencia que las Universidades no han solventado aún, pero que es necesaria para poder lidiar en el universo de los bulos, las fake news y la infodemia. Y hemos comprobado con la pandemia y con las vacunas el daño que es capaz de hacer la desinformación o la distorsión de la realidad y la intoxicación por exceso de información.

Para hacer frente a estas situaciones, volvemos a lo que comentábamos antes, también hace falta la combinación de los mismos ingredientes: temple, distancia y criterio. Y para esto hace falta estar fuera del torbellino del día a día. Ser un agente externo y respetado.

Hay masters, posgrados y cursos de especialización sobre muchas cosas, seminarios patrocinados por algún laboratorio o sesiones de formación que la Asociación Nacional de Informadores de Salud, ANIS, ofrece a los periodistas, aunque difícilmente llegan fuera de la organización. Pero es responsabilidad de los medios que esta especialización o esta formación esté en la definición de puesto para un redactor de salud.