
Apple tiene hasta finales de junio para ajustarse a la Directiva de Mercados Digitales europea
La Comisión Europea ha publicado un documento de 67 páginas en el que explica los motivos de la sanción de 500 millones de euros que impuso a Apple en abril, y lo que la compañía debe hacer para subsanar el origen de la infracción de la Directiva de Mercados Digitales (DMA).
En concreto, dispone de dos meses a partir de la notificación original para eliminar las dinámicas autofavorecedoras en su tienda de aplicaciones.
Eso supone que para finales de junio Apple tendría que haber resuelto a satisfacción del Ejecutivo europeo sus quejas sobre los cambios realizados en los procesos de pago en su tienda de aplicaciones.
La compañía impuso una nueva comisión del 27% para los desarrolladores que usaran métodos ajenos a su pasarela a cambio de retirar la cuota tradicional del 30% por usarla forzosamente, lo que incumpliría igualmente la DMA.
Según se lee en el documento, «ninguno de los argumentos de Apple es convincente para no imponer una multa o para reducirla«. El gigante tecnológico considera que la sanción es injusta porque ha realizado «esfuerzos de buena fe» para entenderse con la Comisión Europea y tiene previsto apelarla.
Por tanto, el conflicto iniciado en mayo del año pasado mediante la investigación sobre el encaje de las prácticas de Apple en la DMA se prolongará por tiempo indeterminado. Ya entonces la compañía acusó a la Unión Europea de discriminarla y de obligarla a dar gratuitamente su tecnología a rivales.
Según el documento publicado por la Comisión Europea, la compañía tendrá que cambiar su política de comisiones en su tienda de aplicaciones para junio.
Más allá de eso, no está claro si ha depositado la multa o no. Según la resolución de la Comisión Europea debe pagarla en el plazo de tres meses desde su publicación, lo que extiende el margen hasta julio. Si no lo hiciera, tendrá que afrontar también el abono de intereses.
En todo caso, la cuantía establecida ha quedado muy por debajo de la penalización máxima que establece la DMA, un techo del 10% de la facturación anual.
Algunos analistas creen que eso se debe a que la Unión Europea no ha querido indisponerse demasiado con Donald Trump, que de hecho considera las regulaciones europeas como entramados injustos elaborados para someter a las empresas estadounidenses a peores condiciones de mercado.
De fondo está su estrategia de subida de aranceles de EEUU con diferentes países del mundo con el objetivo de renegociar distintas condiciones bilaterales. De momento no queda claro si esta multa ha tenido alguna incidencia particular en esas relaciones comerciales con la Unión Europea.