
Europa acusa a Google y Apple de incumplir su regulación digital a pesar de las amenazas de Trump
La Comisión Europea despeja las dudas sobre posible tibieza a la hora de aplicar la Directiva de Mercados Digitales sobre gigantes tecnológicos de EEUU, en un contexto de posibles represalias comerciales por parte de Donald Trump.
Ha elevado acusaciones formales contra Google y Apple por no actuar de acuerdo a esa normativa al obstaculizar la competencia de diferentes formas.
En primer lugar, considera que el gigante de las búsquedas prioriza los resultados que apuntan a sus servicios a costa de los de los rivales, lo que no respetaría el principio de tratarlos de manera «transparente, justa y no discriminatoria».
También sostiene que en su tienda de aplicaciones Google Play evita que los desarrolladores dirijan a los consumidores hacia otros entornos en los que pudieran encontrar mejores precios.
Y, por otra parte, el Ejecutivo europeo quiere obligar a Apple a abrir sus sistemas operativos a otros fabricantes de dispositivos con los que compite. Así, esos aparatos de terceros podrán conectarse con iPhones, iPads y otros productos que hasta la fecha conforman un ecosistema cerrado.
Todo ello viene detallado en un nuevo cronograma y una metodología para atender a las peticiones de los desarrolladores.
Esas acusaciones han sido respondidas por las compañías con diferente grado de insatisfacción: Google explica en su blog corporativo que introducir «aún más cambios en la forma en la que mostramos ciertos tipos de resultados de búsqueda» pondría en peligro que las personas encuentren lo que necesitan y el tráfico a empresas europeas podría resentirse.
Y un portavoz de Apple señaló que la Comisión pretende hacerles «regalar nuestras nuevas características a empresas que no tienen que jugar con las mismas reglas».
Las investigaciones iniciadas en septiembre concluyen que ambas compañías tienen que hacer cambios para adaptarse a la Directiva de Mercados Digitales.
Ahora queda por ver cómo se resuelven esas situaciones sin que puedan derivar en consecuencias negativas para la economía europea. Sobre todo, teniendo en cuenta que la normativa contempla posibles multas de hasta el 10% de los ingresos mundiales, una cifra que podría elevarse al 20% en caso de reincidencia.
Trump señaló al poco de llegar a la Casa Blanca que las grandes tecnológicas de EEUU están sujetas a «extorsión en el extranjero y multas injustas». Y de hecho las directivas de Servicios Digitales y Mercados Digitales son citadas por su administración como barreras injustas que explicarían nuevos aranceles.
Este delicado equilibrio está fundamentalmente en manos de la española Teresa Ribera, que desde diciembre del año pasado ejerce como vicepresidenta ejecutiva de la Comisión a cargo de Competencia. Ha heredado de su predecesora Margrethe Vestager varias investigaciones en marcha vinculadas al cumplimiento del marco legal digital de la región y centrados en los gigantes tecnológicos de EEUU.