Las TV de Estados Unidos se unen para estandarizar la publicidad dirigida

| 13 MARZO 2019 | ACTUALIZADO: 13 MARZO 2019 15:56

Las principales operadoras de televisión de Estados Unidos han formado un consorcio para estandarizar la conocida como publicidad dirigida o addressable advertising. Gracias a los televisores inteligentes, los anunciantes pueden ser capaces de segmentar las audiencias a la hora de emitir los anuncios en TV. Es decir, cada usuario vería un anuncio diferente en su televisor en función de su perfil o sus gustos.

Esta funcionalidad todavía está en mantillas, debido a las dificultades técnicas que hoy en día supone. También complica su penetración la maraña de estándares, métodos de medición o la disparidad de tecnologías.

Para solucionar esto último, operadoras como NBC Universal, CBS, Disney Media Networks, Discovery, AMC Networks, Turner, AT&T Xander, Comcast’s FreeWheel y Hearst TV han formado un consorcio para estandarizar y simplificar el ecosistema de la publicidad direccionable en los televisores.

El fin último es que los anunciantes y las agencias no tengan que lidiar con diferentes estándares y tecnologías en función de la operadora o del modelo de televisor del usuario. Simplificar el proceso, en resumidas cuentas.

Este consorcio -que ha recibido el nombre de «Proyecto OAR» (Open Addressable Ready)- espera tener un prototipo a finales de año y estar plenamente operativo en el 2020.

En una situación de estancamiento -cuando no ligera bajada- de la inversión publicitaria tradicional en la televisión, este tipo de anuncios mucho más individualizados puede ser una válvula de escape para las operadoras de televisión. Y también una manera eficaz de luchar contra el duopolio de Facebook y Google, cuyo punto fuerte es precisamente la segmentación de audiencias.

En Estados Unidos, actualmente hay un parque de 70 millones de hogares que disponen de los televisores adecuados para albergar la publicidad dirigida. eMarketer estima que es un mercado de unos 2.000 millones de dólares, todavía una cifra muy pequeña en comparación con los 70.000 millones que mueve la publicidad tradicional en TV.