Jack Dorsey, CEO de Twitter.

Los republicanos acusan a Google, Facebook y Twitter de perjudicarles equiparando verificación con censura

| 29 OCTUBRE 2020 | ACTUALIZADO: 29 OCTUBRE 2020 10:19

Estaba previsto que fuera una audiencia sobre la sección 230 de la Communications Decency Act, que protege a las plataformas de la responsabilidad sobre lo que sus usuarios publican. Pero acabó convirtiéndose en una secuencia de agravios que gravitaban sobre la idea de la presunta censura que aplican sobre el discurso conservador. Los consejeros delegados de Google, Facebook y Twitter respondieron durante casi cuatro horas a más de 120 preguntas de senadores que mayoritariamente no tenían relación con el tema inicial en el caso de los republicanos, lo que hizo que varios representantes demócratas se quejaran y decidieran no participar.

La sombra de las elecciones presidenciales que se celebrarán en menos de una semana planeó constantemente sobre la comparecencia, en la que el senador Mike Lee incluyó la verificación de contenidos entre las formas en las que considera que estas empresas ejercen censura. Y eso hizo que la sesión basculara rápidamente a cuestiones recientes que pueden tener algún impacto sobre ellas, como el polémico artículo de New York Post sobre el hijo de Joe Biden y su supuesto tráfico de influencias, que fue bloqueado por Twitter y Facebook como posible desinformación.

El senador Ted Cruz interpeló directamente a Jack Dorsey sobre este caso: “Así que Twitter asume la perspectiva de que puede censurar al New York Post o a Politico. Presumiblemente puede censurar a The New York Times o a cualquier otro medio. Señor Dorsey, ¿quién le escogió a usted y le puso a cargo de lo que los medios tienen permiso para publicar y lo que el pueblo americano tiene permiso para leer?”.

Ante esta deriva, los demócratas se quejaron de que sus rivales republicanos habían convocado esta sesión para presionar a las plataformas de cara a conseguir un tratamiento más favorable en la difusión de su mensaje. El senador Brian Schatz calificó la sesión como “una farsa”, mientras que la representante Tammy Duck les acusó de “poner los intereses egoistas de Donald Trump por delante de la salud de nuestra democracia”.

El tono bronco de la comparecencia incluyó gritos y otros modos que han sido cuestionados en la prensa estadounidense. A su conclusión se había tocado muy por encima el tema de la convocatoria, con el resultado de que 69 de las 81 preguntas de los republicanos se centraban en eventual censura y sesgo de los moderadores, mientras que las 48 de los demócratas apelaban sobre todo a la desinformación relacionada con las elecciones y el coronavirus.