José María Batalla

“Llegar a cero emisiones no debería ser el objetivo final sino el punto de cruce”

| 17 NOVIEMBRE 2022 | ACTUALIZADO: 18 NOVIEMBRE 2022 8:49

Del “bla bla bla” al “cha cha cha”. Ese es el eslogan de Good., la nueva unidad de negocio creada por la consultora Roman, orientada a acompañar a las marcas en su camino hacia la sostenibilidad, promoviendo su impacto social y activando su propósito.

Al frente de esta unidad está Jose María Batalla, Chief Creative & Purpose, fundador del estudio de diseño La Casa de Carlota, adquirida este año por Roman, que cuenta con amplia experiencia en el sector de la sostenibilidad.

Batalla explica a DIRCOMFIDENCIAL que, a diferencia de otras propuestas, Good. ofrece “además de acompañar a las marcas en su transición con estrategias y proyectos, trabajar después en la comunicación interna y externa de todas las iniciativas, utilizando los recursos de cada una de las unidades de negocio de Roman. Es algo que nadie más puede ofrecer. Es un servicio completo de 0 a 100 con verdaderos especialistas trabajando de forma transversal”.

La sociedad y los consumidores son grupos de interés clave en este camino hacia el compromiso social. Batalla opina que “prácticamente todas las empresas son absolutamente conscientes de que ya no pueden permanecer ajenas a lo que la sociedad les está demandando. Saben que para competir en el mercado se han de convertir en players activistas de una transformación que mejore la vida de las personas y del planeta. Parece un manifiesto un poco hippie, pero es, sin duda, una nueva manera de entender el papel de las empresas y los negocios. Quien no piense así, hoy en día se queda fuera de la cesta de la compra de los consumidores”.

Numerosas empresas han entendido en los últimos años que una vía óptima para sumarse a esta causa global ha sido redoblar esfuerzos en campañas meramente estéticas. El director de la nueva área de Roman subraya que “hasta ahora hemos vivido mucho del bla bla bla” y “los consumidores necesitamos confiar en las empresas a las que les compramos sus productos y servicios. Y la única forma de confiar en ellas es que nos demuestren su compromiso, solucionando nuestros problemas”. Batalla advierte que “ya no hay tiempo ni tan siquiera de compensar el impacto negativo de las empresas en el medioambiente y la sociedad” y opina que “llegar a cero no debería ser el objetivo final sino el punto de cruce. El Cha- cha- cha”.

Comunicación y medición

Los expertos del sector coinciden en que la comunicación juega un papel notable en este reto empresarial. Batalla defiende que “es justo que las empresas expliquen sus esfuerzos, su implicación y su compromiso, tanto a sus propios empleados como a sus consumidores, pero esta comunicación no son notas de prensa o anuncios felices en TV”. Resalta que “ahora más que nunca hace falta una comunicación veraz, contrastada, de verdad, que explique cuál es el resultado que han producido las medidas de sostenibilidad de la empresa y cómo ha cambiado el mundo gracias a que la empresa existe. Si además lo hacemos creativamente, bingo”.

La prueba del algodón es la medición. El director de Good., que desarrolla una metodología de trabajo específica en este campo, afirma que “es necesario saber cuál ha sido el cambio producido, en función de los objetivos y KPIs establecidos, pero también es importante evaluar y poner el termómetro a la compañía para descubrir desde el principio qué oportunidades de mejora a corto y largo tiene la empresa, cuál es el impacto sobre el que queremos focalizar nuestros esfuerzos y cuánto tiempo vamos a necesitar”.

El objetivo de Good., dice su director, es descubrir cuál será el impacto que Roman como marca es capaz de producir en la sociedad y el medioambiente y convertirlo en un proyecto real y medible.