Los anunciantes claman contra el «exceso regulatorio» y lamentan no ser escuchados por el Gobierno
Los anunciantes no se sienten escuchado por el Gobierno de España, al que acusan además de querer regular en exceso el sector publicitario. Actualmente, esta industria tiene varios frentes abiertos en materia normativa.
Uno de ellos es el Anteproyecto de Ley General de Comunicación Audiovisual, que equipara las limitaciones de la publicidad que se difunde en la televisión lineal con las plataformas de vídeo online. Por ejemplo, hay restricciones horarias para emitir anuncios de bebidas alcohólicas o de juegos de azar que se aplicarán de igual forma en los canales de TDT que en una plataforma como YouTube.
Para Lidia Sanz, directora general de la Asociación Española de Anunciantes (aea), «en un mundo digital, aplicar unos horarios del mundo analógico no se entiende bajo ningún concepto. ¿Cómo lo vas a aplicar? Nos ponemos a disposición del legislador para que entienda cómo se se esta haciendo en otros países. España no se puede quedar atrás», comentaba la semana pasada en un webinar organizado por el Foro Regulación Inteligente.
Este Anteproyecto de Ley es un ejemplo del «exceso de regulación» al que -a juicio de Lidia Sanz- está sometido el sector publicitario en España, presión normativa que además se está incrementando en los últimos meses. La representante de los anunciantes defiende que «somos los primeros interesados en que la publicidad se haga bien, sea ética y responsable». «Somos un sector tremendamente responsable y muy autorregulado«.
Autorregulación
Precisamente, los anunciantes defienden que la autorregulación está funcionando bien en España, con organismos con mucho peso en el sector, como es Autocontrol. También existen numerosos códigos de conducta que se ha dado la industria para autorregularse en función del sector anunciante (juguetero, perfumería, farmacéutico…).
Uno de estos documentos de autorregulación publicitaria es el Código PAOS, que reúne a las principales empresas de alimentación y bebidas, pero que ahora está cuestionado por el Gobierno. Para el Ministerio de Consumo, «la autorregulación actualmente vigente no parece haber logrado el resultado perseguido de protección al menor«. Mantienen desde el Ejecutivo que desde 2019 se han llevado a cabo negociaciones al objeto de adecuar el Código PAOS a la realidad actual, «muy diferente a la del momento en que se creó». «Hay numerosos argumentos que inciden en la necesidad de reforzar la protección de la infancia frente a mensajes publicitarios en relación con los alimentos y bebidas con alto contenido en grasa, azúcares y sal».
Sin embargo, para los anunciantes, este Código es un éxito. Comentan desde la aea que es una «respuesta equilibrada a las necesidades regulatorias» en el ámbito de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores. «Es una apuesta pionera muy reconocida y valorada en Europa, ejemplo de actuación y compromiso de la industria de acuerdo con la Administración en beneficio de los consumidores». Incluso, señalan que la industria de la alimentación y bebidas ha ofrecido reducir de manera voluntaria más de un 75% de la publicidad dirigida al público infantil.
Por ello, los representantes de los anunciantes consideran que no hace falta una ley que regule este aspecto. Consumo no opina lo mismo y ya ha iniciado los trámites para redactar un real decreto que limite seriamente la publicidad de alimentos y bebidas dirigida al público infantil. Medida que podría tener un impacto de unos 75 millones de euros en un sector publicitario que está en plena recuperación, después de haber caído un 20% durante la pandemia.
Ya hizo lo mismo anteriormente el Gobierno con la publicidad de las casas de apuestas online, un sector también muy intensivo en publicidad que movió el año pasado más de 200 millones de euros, presupuesto que en este ejercicio se verá bastante reducido por la legislación ya en vigor.
Todas estas medidas están siendo tomadas sin contar con la opinión de los anunciantes, que se ha enterado de ellas por la prensa. «No nos sentimos escuchados», lamentó Lidia Sanz en el Foro Regulación Inteligente. «Pedimos como sector que se nos tenga en cuenta. Que seamos un interlocutor esencial a la hora de legislar, si es que fuera necesario legislar».