COPE avala la gestión de Julián Velasco con máximos poderes

La vida en COPE marcha mejor que nunca. Vive una época de bonanza económica histórica, que acreditan los tres ejercicios en positivo que acumula. El último, 2018, se cerró con un ebitda de 8,4 millones de euros, un 11% más que en 2017, de acuerdo con las cuentas aprobadas por los accionistas este jueves.

Tras haber peleado contra viento y marea en los años más duros de la crisis económica, los cuales abrieron un agujero de 23 millones de euros, la emisora de la Conferencia Episcopal tiene por delante un horizonte completamente despejado. Así lo demuestra el hecho de que en lo que va de año el resultado haya mejorado un 8% respecto a 2018. Además, el año pasado las ventas por publicidad superaron los 119 millones de euros.

Esta evolución positiva tiene una repercusión directa sobre la plantilla, que a partir de este mes de junio recuperan las condiciones salariales previas a la crisis económica, tal y como ya contó este medio.

El artífice de estos datos no es otro que Julián Velasco, actual director general de COPE y máximo responsable de Trece. Y a partir de ahora también lo es del grupo radiofónico tras la aprobación por parte del consejo de administración. Compartirá sus tareas ejecutivas con el presidente, Fernando Giménez Barriocanal.

COPE cerró 2018 con un ebitda de 8,4 millones de euros, un 11% más que en 2017.

El nombramiento «refuerza su estructura directiva para afrontar los retos que la compañía se fija para esta nueva etapa, y que pasan por consolidar el liderazgo de la radio española e impulsar el proceso de transformación digital del sector y su adaptación a las nuevas audiencias», ha señalado el grupo.

Asimismo, esta promoción consagra con la gestión de Velasco con poderes máximos en la estructura de medios de la Conferencia Episcopal. De hecho, su calidad de hombre fuerte se hizo patente hace algo más de un año con su elección como representa en la Unión de Televisiones Comerciales en Abierto (UTECA), la patronal de las televisiones. Un movimiento que sirvió para atemperar los ánimos de manera temporal.