Editores defienden un uso ético de Chat GPT para inspirar “nuevas ideas y enfoques”
El debate sobre Chat GPT, el modelo de lenguaje de Open AI que responde a preguntas y comentarios de usuarios con respuestas contextualizadas, se instala en las salas de reuniones de las redacciones. La alta velocidad a la que avanza esta herramienta está obligando a los grupos de comunicación a plantearse con celeridad si emplearla y, de ser así, de qué modo hacerlo.
Esta es la cuestión que la semana pasada varios editores abordaron en la jornada Experiencias con la Inteligencia Artificial en los medios de comunicación, organizada por CLABE y celebrada en la sede de la CEOE en Madrid. La editora de Zona Movilidad, Pilar Bernat, defendió la utilidad de este asistente virtual para los periodistas, aun asumiendo la dificultad de redacciones de invertir en tecnología y resaltó que este la entiende «como una herramienta y no un fin«. Una afirmación que desmontaría, según expertos, la tesis de que la inteligencia artificial reemplazará la labor periodística.
Cuando a Chat GPT se le pregunta por sus ventajas e inconvenientes en el trabajo de los periodistas responde, resumidamente, que «como modelo de lenguaje basado en inteligencia artificial, puede ser útil para los periodistas en la generación de ideas, la redacción y edición de contenido, y el acceso y análisis de grandes cantidades de datos. Sin embargo, también existen inconvenientes como el sesgo de datos, la falta de contexto y la responsabilidad editorial, que los periodistas deben considerar al usar la herramienta. Se enfatiza la importancia de que los periodistas verifiquen la precisión y la calidad de la información generada por el modelo antes de publicarla».
Chat GPT es «incapaz de detectar sesgos de información y de discernir. A veces capta información totalmente errónea».
Editores defendieron un «uso ético» de la tecnología para inspirar “nuevas ideas y enfoques”, comprendiendo las oportunidades pero también las limitaciones que posee. El director de contenido del grupo de comunicación Peldaño, Adrián Beloki, afirmó que este modelo ya lo están interiorizando en sus 13 cabeceras de manera responsable, ya que Chat GPT es «incapaz de detectar sesgos de información y de discernir, y a veces capta información totalmente errónea. No verifica hechos. Para el periodista, el proceso de creación puede ser más rápido, pero su papel de guardianes de contenido sigue intacto«.
Otro inconveniente identificado es que la herramienta no cita fuentes y facilita que periodistas incurran en malas praxis pidiendo versiones de noticias que han publicado otros medios. Por ejemplo, en el evento se mencionaba la posibilidad de que Chat GPT pueda traducir y reestructurar un artículo de The New York Times, sin que un lector que también haya leído el artículo original, tenga capacidad de identificar que la versión la ha elaborado esta tecnología. En este hipotético caso, recomiendan expertos, sería imprescindible citar la fuente.
Esta revolución tecnológica sigue generando en el oficio partidarios, detractores y escépticos. Algunas de las dudas que se plantearon es cómo abordar aquí el debate de la propiedad intelectual o si se llegará a aplicar algún otro tipo de regulación, teniendo en cuenta el elevado contraste entre el ritmo jurídico y el tecnológico.
Beneficios
Entre las beneficios que presta la tecnología de Open AI, los profesionales destacan la capacidad de generar ideas «en momentos en los que se enfrentan a la hoja en blanco», la creación de titulares o entradillas a partir de textos proporcionados, la sugerencia de copys de redes sociales a partir de noticias o la posibilidad de versionar notas de prensa y complementarlas con otra información para diferenciarse.
