El Mundo pone a prueba la paciencia de la redacción con el fichaje de nuevas firmas
En cuestión de mes y medio, El Mundo ha reforzado su plantel de firmas reincorporando a John Müller y David Gistau después de tres y cinco años alejados del diario. El regreso de ambos periodistas ha sido recibido con un entusiasmo moderado por la redacción.
«La redacción de El Mundo celebra que el periódico apueste por la excelencia con la incorporación de firmas importantes de la prensa española», destacaba el comité de Unidad Editorial en una carta difundida hace unos días. Al mismo tiempo, se criticaba el dinero destinado a fichar opinadores cuando hay bajas sin cubrir desde hace más de un año.
Conviene recordar que en marzo de 2017 Urbano Cairo, el dueño de Unidad Editorial, dio orden de no reponer la vacantes en ninguno de los puestos de la compañía para ahorrar costes. Tampoco las eventuales bajas o excedencias que pudieran surgir, aunque desde el grupo aseguran que se estudia cada caso para buscar la solución más adecuada, ya sea llevando a cabo rotaciones internas o buscando reemplazos.
La plantilla de la editora asegura haber acusado esta medida de ajuste, a la que hay que sumar el despido de un millar de trabajadores como consecuencia de los cuatro Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) ejecutados desde el inicio de la crisis. «Estas salidas no cubiertas han generado que, en las secciones afectadas por estas bajas, los trabajadores y trabajadoras tengan una sobrecarga de labores añadida», destacan sus representantes.
El Mundo ha bajado el sueldo a columnistas como Raúl del Pozo y Carmen Rigalt para fichar a John Müller
Esto ha derivado en «una situación de emergencia en algunas secciones que la empresa no parece querer abordar». A estas críticas habría que añadir un supuesto «agravio comparativo» causado al resto de columnistas de la casa. Desde el comité aseguran que la empresa ha bajado el salario del resto de firmas para poder contratar a Gistau y Müller.
En el caso de este último, recuerdan que el periodista chileno vuelve después de haber sido indemnizado en el último ERE, en 2016.»En ningún caso creemos que esté justificada su vuelta a costa del salario de otros columnistas», se reprocha para después añadir que «el argumento de la falta de dinero para personal no se aplica por igual a todos los trabajadores».
Una visión que no comparten en la empresa, donde desligan una decisión de otra para asegurar que «no es incompatible buscar la máxima eficacia en la gestión de los costes con incorporar nuevas firmas al plantel».
En este sentido, fuentes de El Mundo cuentan que el recorte salarial ha afectado a columnistas tan prestigiosos como Carmen Rigalt y Raúl del Pozo. El anuncio no sentó nada bien a ninguno, pero especialmente a Rigalt, que en las últimas semanas llegó a amenazar con dejar de de escribir en el diario, aunque fue convencida para seguir.
Sea como fuere, el comité finaliza su carta recordando a la dirección que aunque durante este tiempo ha entendido la política de ajustes imperante, «son los redactores, no los columnistas ni los opinadores, los que diariamente, en dilatadas jornadas laborales, sacan adelante el periódico gracias a su trabajo».