José María Lorenzo.

José Manuel Lorenzo: «Los productores independientes queremos tener derechos sobre los productos que creamos»

| 22 JULIO 2021 | ACTUALIZADO: 23 JULIO 2021 8:51

La llegada de las plataformas digitales ha supuesto un antes y un después para la producción independiente. Si bien el abanico se ha ampliado y la demanda de obras ha crecido exponencialmente a la par que el consumo audiovisual, también se habría producido un desajuste en la redistribución de la riqueza del sector y los derechos de autor.

De todo ello, así como de la situación actual de los integrantes de PATE, la asociación que agrupa a las 40 productoras que concentran la mayoría de los productos televisivos y cinematográficos de España -como Banijay España, Cuarzo, Zeppelin o Shine Iberia- habla su presidente, el productor José Manuel Lorenzo para DIRCOMFIDENCIAL.

El profesional parece tenerlo claro. Existe un profundo desconocimiento, un acoso asfixiante y una petición -según Lorenzo- regada de sentido común: «Tener derechos sobre los productos que se crean, participar en la gestión de la obra y no solo recibir un dinero para producir».

Muchos siguen sin entender qué es un productor independiente, ¿Podría dar una definición?

Es cierto que se ha generado mucho debate en la calle sobre este término, pero la verdad es que tampoco entiendo muy bien el porqué. Al final, se considera ‘independiente’ a aquel productor que no está participado o sujeto al control por parte de ningún medio de comunicación aunque en el caso de algunos su actividad esté muy ligada a determinados canales o grupos televisivos.

¿En qué cree que ha favorecido la unión de los diferentes productores independientes en la Asociación PATE?

Era necesario. Principalmente nos aporta una voz común, que representa al 85% del sector de la producción de cine, series y entretenimiento. El sector audiovisual está cambiando y por ello nuestra Asociación está tomando un papel muy relevante. Se están gestando la Ley General Audiovisual, la recepción de los fondos de recuperación económica y en ese contexto es necesario que nuestra voz se escuche. Además, nosotros pretendemos acuerdos y compromisos. El sector de la producción independiente se siente acosado y queremos tener derechos sobre aquellos productos que creamos.

¿Ha aportado algún beneficio al productor independiente el ‘boom’ de las plataformas?

Bueno, es que no solo ha sido la llegada de las plataformas. Las cadenas de televisión también tienen ahora una situación privilegiada ya que han creado sus propios productos. España ha aportado mucho a las plataformas y a la mayor distribución en esos mismos espacios y eso por supuesto que ha ofrecido muchas ventajas. Sin embargo, creemos que se nos está considerando solo como productores de servicios audiovisuales y pensamos que debemos recuperar derechos de creación y que sean tangibles con un retorno económico. Que no se nos trate como un servicio sin más. Hay leyes muy globales y su aplicación genera un cierto colapso.

Nos hemos ido adaptando a numerosos cambios y progresivamente nos hemos visto invadidos por las productoras de las cadenas de TV que, sinceramente, pueden suponer el final del sector de la producción independiente como proveedor de servicios sin ningún otro derecho. Para lograr mayores beneficios y un equilibrio real creo que hay que regular el sector como se está haciendo en Inglaterra y en otros países europeos.

«Nos hemos visto invadidos por las productoras de las cadenas de TV que, sinceramente, pueden suponer el final del sector de la producción independiente como proveedor de servicios sin ningún otro derecho».

¿Podría explicar el proceso de cesión de una obra?

Nosotros funcionamos como una empresa con diferentes funciones: guionistas, actores, cámaras, administración, etcétera. Y, por supuesto, queremos vender nuestras producciones a los operadores por lo que elaboramos un presupuesto donde dejamos constancia de que el producto es nuestro… Pero resulta que luego no es así.

¿Por qué? ¿Con qué se quedan de esas obras?

Cero. Con prácticamente nada. Por eso debe haber una regulación para asegurar unos derechos básicos como creadores. Los operadores nos pagan el coste de la producción, que cada vez es más ajustado y ya por eso parece que dejamos de tener capacidad de decisión sobre la obra. Hace años había un 15% del beneficio y ahora, al no tener derechos de venta ni de reversión de derechos, todo esto se termina convirtiendo en una situación muy difícil para nosotros.

Cada vez se está reduciendo más la tarta del mercado y por eso en otros países se está regulando para que haya un equilibrio. Dependemos de la buena voluntad y eso, generalmente, supone un sometimiento a la parte más fuerte.

¿Vuestro golpe sobre la mesa supone una petición al Gobierno?

No. Realmente es una llamada para todos. A veces no se entiende nuestra postura, pero lo que queremos es tener una participación en la gestión de la obra y no solo recibir un dinero para la producción. Lo primero es dar a conocer lo que está ocurriendo porque hay mucho desconocimiento sobre la situación. Legislar supone asegurar la pluralidad y un equilibrio entre los diferentes actores porque se está reduciendo el espacio de juego y por eso con una buena legislación se propiciaría respeto entre las partes.

«La sociedad se piensa que la gente del cine siempre está protestando y pidiendo subvenciones y lo que se pide es respeto».

Dice que hay mucho desconocimiento, ¿Qué piensa la gente en la sociedad de la producción independiente?

La percepción social que hay quizá sea algo equivocada porque muchos piensan que somos empresas de gran éxito. Soy consciente de que no vamos a tener una situación como la que tuvimos hace varios lustros, pero se podría llegar a un estado intermedio y por eso hace falta que se propicie una recompra de derechos para que no nos dejen un margen tan reducido.

Lo que pedimos es muy razonable y hablamos de un sector que está muy preocupado porque cada vez vamos perdiendo más terreno y no tenemos una ambición desmedida. Sabemos que nuestro sector está muy atomizado. Por ello debe legislarse para que cada uno tenga su hueco.

Por ejemplo, si un productor fracasa en una serie o en un espacio de entretenimiento nadie obliga a que esa plataforma o cadena de TV nos contrate de nuevo. En suma, hay que encontrar un equilibrio y mejorar el conocimiento del sector, que sin duda permita encontrar soluciones en torno a los puntos en común entre las partes (Compromise)

Siempre ha habido un error en el modo de percibir nuestros planteamientos. Se piensa que la gente del cine siempre está protestando y pidiendo subvenciones y lo que se pide es respeto. Queremos tener una visión del futuro del sector. Una mirada amplia que nos ayude a entender lo que está pasando en los dos lados del sector audiovisual, con un reparto más equitativo.

Hablando de visión de futuro… ¿Cómo ve su profesión en diez años?

La sigo viendo apasionante y vocacional. Creo que va a depender totalmente de lo que se regule hoy. Si no se hace bien será muy poco estimulante y estará dirigida por cuatro grandes empresas. Pero, si lo hacemos bien nos hará más competitivos a todos y habrá unas reglas del juego claras.