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La Agencia EFE eleva sus pérdidas a la espera de aprobar su nuevo Plan Estratégico

| 4 JULIO 2022 | ACTUALIZADO: 6 JULIO 2022 8:21

La Agencia EFE sigue siendo una máquina de perder dinero, fundamentalmente por los elevados gastos que tiene que afrontar y por una cifra de ingresos que cada año mengua.

El año pasado, la compañía pública perdió 9 millones de euros, un 1% más que el ejercicio 2020. Y eso que la aportación del Estado se elevó hasta los 53,9 millones de euros, un 1,1% más que en el año anterior.

Al margen de la subvención pública, los ingresos comerciales de EFE se mantuvieron estancados en los 31 millones de euros, con un ligero descenso de las ventas en España (-1,8%). Su principal línea de negocio es la comercialización de textos de la sección Nacional a periódicos, que se redujo el año pasado casi un 5%, hasta quedarse en los 8,2 millones de euros. También hay una menor demanda de teletipos sobre deportes; mientras que otras líneas de negocio suben, como la de servicios no informativos, que ya suponen 2 millones de euros.

La agencia pública es consciente de la crisis a la que está sometido su modelo de negocio tradicional. Los periódicos impresos cada vez tienen que recortar más en este tipo de servicios para hacer frente a la crisis publicitaria actual y de venta de ejemplares. Y en el caso de los digitales, con estructuras más pequeñas, EFE reconoce que le está costando penetrar en ellos.

Además del recorte de ingresos comerciales, la crisis económica que arrastra EFE desde hace muchos años es consecuencia de sus elevados gastos. Solo en costes de personal la agencia pública -que tiene 1.123 empleados a cierre de 2021- destinó el año pasado 66,9 millones de euros. Es además un 2,6% más que en el año anterior. La compañía presidida por Gabriela Cañas explica este aumento por las revisiones salariales colectivas que se han producido en la agencia y también para hacer frente a litigios derivados del ERE de 2012.

Una plantilla envejecida con 52 años de media

En este aspecto, EFE tiene un problema adicional en el envejecimiento de su plantilla. Su fuerza laboral tiene una edad media de 52 años y el promedio de antigüedad se va a los 24 años. Por ejemplo, en su plantilla en España solo hay 27 empleados menores de 30 años, el 3% del total.

Sobre este asunto, Gabriela Cañas ya dijo a principios de año que era “fundamental” poner en marcha “en breve” las sustituciones de determinados perfiles con el fin de rejuvenecer la plantilla y “crear empleo joven”. Para ejecutar este mecanismo, la profesional indicó que es necesario «proponer salidas voluntarias” a los mayores de 63 años. 

Todos estos problemas que arrastra EFE se van a intentar solucionar mediante la ejecución de un Plan Estratégico diseñado para los próximos cuatro años, que ya está terminado pero que está pendiente de la aprobación de la SEPI.

No obstante, en las cuentas anuales de la compañía se esbozan algunas líneas estratégicas que EFE pretende emprender. Una es la de rediseñar su oferta de contenidos para adaptarlos a los medios digitales. Para ello, la empresa pública prevé un sistema de tarifas más segmentadas que puedan estar al alcance de medios más modestos. Además de ello, EFE asegura que está reforzando el área de comunicación corporativa.

En el plano internacional, cuyas ventas han crecido un 10% en 2021, en EFE se han fijado en el mercado de la India para expandirse. Intenta con ello entrar en un país emergente, al tiempo que le preocupa la situación de su principal mercado exterior -Latinoamérica-, dadas sus condiciones económicas y también por la entrada de otras agencias internacionales en el terreno.