TV3 y Catalunya Ràdio pierden 9,7 M de euros en publicidad hasta septiembre
La recuperación de la publicidad iniciada en julio corre el riesgo de quedarse en un espejismo ante la proliferación de rebrotes por coronavirus. Así lo demuestran los datos de Infoadex correspondientes al mes de septiembre, que recogen una caída del 10% en la inversión publicitaria. Los anunciantes gastaron 471 millones de euros ese mes, 57 millones menos que en el mismo periodo del año pasado.
Esta nuevo cambio de tendencia negativa se explica en parte por la evolución de la radio y televisión, que en septiembre cayeron un 19% y 7,3%, respectivamente; y acumulaban una contracción del 28% y 24% en los primeros nueve meses del año. Un descenso que afecta a todo el sector en general pero las cadenas más pequeñas sufren con especial virulencia.
Dentro de estas últimas se cuentan emisoras autonómicas como TV3 y Catalunya Ràdio, cuyo editor viene sufriendo la retirada de anunciantes desde mucho antes de la crisis sanitaria. De hecho esta situación tan sólo ha contribuido a debilitar todavía más su fuerza comercial.
Hundimiento del 27%
Aunque todavía tiene margen para recuperar parte del terreno perdido en lo que va de año, la caída a doble dígito parece asegurada en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). Obtuvo unos ingresos de 26 millones de euros en los primeros nueve meses del año, lo que representa un hundimiento del 27% respecto al mismo periodo del año anterior. Por aquel entonces llevaba facturados 35,7 millones de euros, por lo que ha perdido nada menos que 9,7 millones de euros.
A falta de tres meses para cerrar el año, la editora de TV3 no ha alcanzado ni la mitad del presupuesto de ingresos comerciales previsto para este año, fijado en 52 millones de euros. Asimismo, al término del tercer trimestre estimaba cerrar el ejercicio con unos números rojos de 5,5 millones de euros, cifra que se ha duplicado en apenas tres meses.
La situación comercial de la CCMA comenzó a agravarse a finales de 2018, cuando decidió romper relaciones con la gestión comercial conjunta de la FORTA, en la que están el resto de cadenas autonómicas. Principalmente, por no aceptar la nueva forma de operar del organismo, que había planteado comercializar la venta de publicidad nacional en bloque. Tras formalizar su salida comenzó a comercializar su propia publicidad por medio de un equipo interno, integrado por medio centenar de profesionales.