Una plantilla envejecida y el uso partidista, principales factores de riesgo en RTVE
El cambio de paradigma audiovisual, íntimamente relacionado con el auge de las plataformas de streaming y los nuevos modelos de consumo, dibuja un horizonte incierto para las televisiones convencionales. Así lo demuestra el hecho de que el gran momento que vive la industria del entretenimiento con respecto a la demanda de contenidos coincida en el tiempo con la pérdida de relevancia de las cadenas generalistas, cuyo futuro pasa por su capacidad de adaptación.
En el caso de las televisiones públicas (local, autonómica o nacional), este proceso de transformación exige hablar de una cierta resiliencia. Entre otras razones, porque los expertos apuntan a que la revolución vivida en la ventana del contenido dará paso en los próximos años a un replanteamiento del concepto televisivo.
A las exigencias propias de este escenario disruptivo, Radio Televisión Española (RTVE) debe hacer frente además a una serie de factores particulares dentro de su proceso de adaptación . En su última memoria económica se refiere a ellos como “riesgos que, de forma directa o indirecta, podrían afectar a su modelo de negocio”, y que han sido identificados internamente a través de consultas directas con cada uno de sus directivos.
En concreto, acierta a señalar cinco “obstáculos que, en un momento dado, pueden marcar el paso de la radiotelevisión pública”, siendo el primero de ellos una plantilla envejecida. En este sentido, RTVE es consciente de que la gestión del talento humano se encuentra condicionada “por la adaptación de la fuerza de trabajo a los procesos tecnológicos que se vienen implantando en la empresa desde el año 2008”.
No obstante, la corporación admite que contar con una plantilla cuyo grueso se encuentra a las puertas del momento de la jubilación supone un “agravante” a la hora de desarrollar un nuevo modelo productivo. Como se viene comentando en las últimas semanas, la edad media de su personal es de 54 años, cuatro más que en 2017. Un problema acuciante al que no ayuda las limitaciones en la contratación o la ausencia de convocatorias públicas en la última década. De no ponerle freno a esta tendencia, dentro de cuatro años RTVE no tendrá ningún menor de 30 años en plantilla.
La edad media del personal de RTVE es de 54 años, cuatro más que en 2017.
El segundo punto al que hace referencia es el ritmo pausado de la empresa pública en un contexto de constante evolución tecnológica. Ante esta circunstancia, sus directivos reclaman una mayor transparencia y flexibilidad en la adaptación al marco regulatorio.
Reclamación que está directamente relacionada con el tercer factor, que no es otro que innovar constantemente con formatos y contenidos “adaptados a un consumidor que cada vez es más crítico e infiel”. Conscientes de la fragmentación de audiencias derivada de los nuevos hábitos, RTVE se marca la mejora de la experiencia con el usuario como un reto.
Probablemente uno de los puntos de fricción más sensibles sea el uso partidista que hacen de RTVE los partidos políticos, y que dañan su imagen reputacional. Un problema en absoluto menor que la corporación equipara al riesgo de no llegar a los objetivos encomendados en materia de igualdad de género