
Warner Bros. Discovery despide a 1.000 personas mientras evalúa la posible segregación de su negocio de televisión tradicional
En torno a 1.000 empleados de Warner Bros. Discovery (WBD) van a perder su trabajo en los próximos días, en una nueva ola de ajustes del conglomerado para intentar aliviar su situación económica.
La cifra ha sido confirmada a Variety por una fuente cercana a la operativa, que señala igualmente que la mayor parte de salidas se concentran en la división financiera y por ejemplo no llegan a la decena en su servicio de streaming Max.
Esa reducción de plantilla se produce además en el contexto de un debate interno sobre la posible segregación del negocio televisivo tradicional de la compañía.
Tal y como han indicado personas conocedoras de la situación a Financial Times, esa es una de las opciones que maneja el consejero delegado David Zaslav con el objetivo de que una nueva empresa sin esos activos pueda desenvolverse mejor y atraer a más accionistas.
Actualmente, WBD acumula una deuda total de 39.000 millones de dólares y su capitalización bursátil se ha desplomado en dos tercios desde que empezara a cotizar como nueva entidad en abril de 2022. Eso le confiere un valor de poco más de 20.000 millones, lo que explica que la compañía haya sondeado diferentes opciones de fusión con rivales como NBCUniversal o Paramount.
WBD tiene en común con ellas un negocio televisivo en línea y por cable en caída libre, y también un servicio de streaming que carece de la escala suficiente para competir con Netflix o Disney+.
Sin embargo, la situación es diferente en cada caso porque los propietarios de Paramount han acordado su venta al estudio SkyDance, mientras que NBCUniversal espera una inyección de 8.600 millones de dólares por la venta de su parte en Hulu a Disney.
Su consejero delegado David Zaslav sopesa diferentes opciones para aliviar la situación financiera de la empresa.
La nueva ronda de despidos incrementa un número de bajas involuntarias que no ha dejado de crecer desde la creación de la compañía. Solo el año pasado más de 2.000 personas perdieron su trabajo en WBD y en el anterior sucesivos ajustes habían dejado sin empleo a varios miles más.
Los problemas estructurales del conglomerado se han visto exacerbados por la debilidad del mercado publicitario, los altos costes de desarrollo de contenidos para Max o el impacto de las huelgas en Hollywood, así como por fracasos sonoros de taquilla.
Y en ese escenario, los activos televisivos no dejan de devaluarse ante la migración de espectadores al streaming y la caída de clientes para los servicios por cable.
Sobre el papel, su ubicación en una empresa separada concentraría gran parte de la deuda del WBD, con lo que dejaría mayor margen de maniobra para invertir en el estudio de cine y los servicios de streaming.
Pero una estrategia de ese tipo podría ser problemática, como demuestra la reciente experiencia de Lionsgate al separar su televisión de pago Starz y los problemas que generó ante sus acreedores.