Se acerca el verano y cada vez llevamos menos tela que disimule todas esas calorías de más que habían ido cogiendo forma bajo esa capa de invierno. La vida sedentaria y una alimentación inadecuada suelen ser las razones de esa situación, pero por fácil que sea ver cómo solucionarlo, cuesta mucho ponerse a ello, llevarlo a la práctica y realmente notar un cambio importante. Hacen falta rutinas, hábitos y técnicas concretas para no desistir en el intento de ponernos en forma, especialmente cuando el verano trae consigo cervezas en una terraza, aperitivos, helados y un sinfín de situaciones y comidas apetecibles.
1. Haz una lista de actividades saludables y atractivas. Tener en tu mente algunas ideas apetecibles que te ayuden a tu objetivo es una manera de incentivar a tu subconsciente para que tenga ganas de ponerse en forma, porque si no será una lucha entre tu mente racional y tu parte más instintiva y emocional. Por ejemplo, ¿qué tal un gazpacho fresquito, o salir a correr con buena música por un bosque al atardecer?
2. Da forma a tus buenas ideas. Toda esa lista de ideas atractivas no deja de ser un simple papel con muchas soluciones, pero si les das forma en tu imaginación se convertirán en poderosas armas de lucha contra la pereza o el impulso de abrir la nevera y comer cualquier cosa. Imagina el plato de gazpacho, con su guarnición, en un plato bonito, rebosante. Siente que vienes con calor y lo degustas a una temperatura perfecta. Imagina que cuando corres sientes que eres fuerte, que estás en forma, que eres un atleta, que estás en contacto con la naturaleza y te notas plenamente vivo.
3. Haz una lista de recursos. Toca pensar una serie de recursos físicos que acompañen tu imaginación, porque más vale que no le dejes todo el trabajo a tu mente, porque bastante tiene con trabajar y muchos otros asuntos que pensar. Puedes hacer una lista con ideas como post-it, canciones, fotografías, salva-pantallas, alarmas de móvil o cualquier cosa que pueda reforzar tu voluntad de ponerte en forma.
4. Prepara el material para reforzar tu objetivo. Imprime una buena foto de un paisaje de un bosque o una playa, o coloca esa foto en tu fondo de escritorio del ordenador del trabajo. Graba música en tu smartphone o MP3 con los grandes temas que te motivarán a salir a correr, a coger la bicicleta o a la actividad que elijas. Compra fruta deliciosa y fresca y córtala en pedazos apetecibles. Si la dejas en la nevera en un envase de cristal donde se vea bien, cuando la abras tendrás ganas de tomarla, y dejarás de consumir otros productos que normalmente tomas.
