ESG, el acrónimo que multinacionales y líderes de EEUU ahora prefieren evitar
El posicionamiento en sostenibilidad es una de las prioridades corporativas que más ha crecido en los últimos años, impulsada por una regulación cada vez más robusta en diversos ordenamientos jurídicos, una mayor concienciación de los grupos de interés o la pretensión de compañías de abrillantar su reputación mediante esta materia.
Aunque la apuesta colectiva por la sostenibilidad sigue al alza, multinacionales y líderes en Estados Unidos están empezando a evitar emplear el término ESG, acrónimo de Environmental (medio ambiente), Social (sociedad) y Governance (gobierno corporativo). Según un reportaje publicado ayer por The Wall Street Journal, este término está generando un creciente rechazo por parte de los inversores y representantes públicos.
De hecho, algunas reconocidas empresas, como Coca-Cola, ya están suprimiendo ese término de informes corporativos y comités. Por ejemplo, en 2023 lanzó el informe titulado Negocios y Sostenibilidad, denominado un año antes Negocios y ESG.
El periódico estadounidense recuerda que este concepto ganó impulso hace unos 20 años, después de que lo promoviera Naciones Unidas, y que por aquel entonces ya fue fuertemente criticado por algunos grupos, que lo calificaron de “capitalismo concienciado” y consideraban que los CEOs excedían su énfasis en este relato.
“Hemos visto una gran cantidad de reconceptualizaciones y ajustes por parte de los CEO en el ámbito ESG. No solo en lo que dicen, sino también en dónde lo dicen y cómo lo caracterizan», dijo Brad Karp, presidente de la firma de abogados Paul Weiss, que asesora a varios CEOs, según recoge la pieza de WSJ. «La mayoría de las empresas avanzan operativamente con sus programas ESG, pero no los promocionan públicamente», añadió.
Las menciones de iniciativas ESG en el S&P 500 pasaron de 155 a 61 en menos de dos años.
El CEO de la aseguradora AXA, Thomas Buberl, señaló que tras reunirse con líderes empresariales de EEUU el año pasado, éstos les sugirieron dejar de emplear el término ESG. “Usé la abreviatura y la gente me recomendó no emplearla”, dijo.
Por otro lado, Larry Fink, de BlackRock, escribió una carta a los inversores en 2023 que no hacía referencia explícita a ESG; y Fidelity eliminó por completo el año pasado todo rastro de ESG. Además, en el cuarto trimestre de 2021, 155 empresas en el S&P 500 mencionaron iniciativas ESG mientras que casi dos años después, ese volumen cayó hasta las 61 menciones.
El pinchazo de la burbuja de la ESG es evidente, según los expertos consultados por el periódico norteamericano. Una encuesta de diciembre realizada por la firma de asesoría Teneo concluyó que aproximadamente el 8% de los CEOs están reduciendo sus programas ESG y reconocidos asesores les recomiendan que se ciñan a requisitos de medición y divulgación. Una tendencia que en España no sólo no ha emergido todavía, sino que no parece que vaya a hacerlo en el corto plazo, a tenor del posicionamiento exhibido por reputadas compañías y líderes que siguen apostando firmemente por este término.