España, entre los países más polarizados y que más desconfían en sus instituciones y líderes
Si hay un calificativo que describe con acierto el paisaje actual en España es el de polarización. Un delicado fenómeno que está acarreando consecuencias en el plano empresarial, político y social, y que impacta directamente en el nivel de confianza colectiva.
España es uno de los países que puede certificar el deterioro de esta correlación, según el Edelman Trust Barometer Spain. La última edición de este estudio -presentado hace unos días- señala que España se ubica entre las seis primeras posiciones de países más polarizados, al tiempo que sólo 4 de cada 10 españoles confían en que las instituciones hagan lo correcto, con una media del 44%. Además, el estudio indica que 3 de cada 4 españoles afirma que la falta de civismo y respeto mutuo es la mayor que han visto nunca.
La presidenta de EFE Gabriela Cañas admite que “los medios de comunicación estamos fomentando la polarización”.
En esta evolución de desconfianza y polarización juegan un papel relevante los medios de comunicación, que en comparación a 2022 han perdido dos puntos porcentuales, hasta ubicarse en el 38%, mismo umbral que Colombia o Reino Unido.
En una mesa redonda de expertos celebrada en el acto de presentación del estudio hace unos días en Madrid, la presidenta de Agencia EFE, Gabriela Cañas, admitió que “los medios de comunicación estamos fomentando la polarización, y creo que no estamos haciendo bien nuestro trabajo. Tenemos que revisar nuestro sistema».
“No puede ser que haya un debate sobre políticas europeas en el Parlamento Europeo, y los medios sólo nos hagamos eco de la trifulca entre políticos”. Cañas propuso impulsar un “periodismo constructivo, que informe más de las cosas que están bien hechas”.
Los autores del informe destacan que los grandes afectados por el relato en torno a la desinformación global son los gobiernos y los medios de comunicación, a pesar de que las fuentes de información de medios tradicionales ha mejorado respecto al año anterior, hasta ubicarse en los 59 puntos en una escala de 0 a 100.
El politólogo Jorge Tamames, investigador del Real Instituto Elcano, advirtió que a pesar de los debates en torno a la polarización, esta “en sí no tiene porqué ser mala”, y pone como ejemplo, países como Arabia Saudí, caracterizados por su escasa polarización como consecuencia de una ausencia de una esfera pública donde se pueda discrepar. “En ocasiones es preocupante, pero la existencia en sí no debería preocuparnos”.
La colaboración público-privada
Algunos intervinientes mencionaron la colaboración público-privada como una de las claves para mitigar la polarización y aumentar la confianza. Un vínculo que, a juicio de la directora de Gabinete de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Ángela Paloma, está “más presente que nunca”.
El director de Asuntos Públicos y Relaciones con las Cortes de la CEOE, José Luis Ayllón, propone para asegurar una colaboración público-privada que primero sean los políticos, dentro de la esfera pública, quienes garanticen ese consenso y confianza, para que luego se genere una colaboración público privada. “Cuando visualicemos esa colaboración entre actores públicos, será mucho más fácil construir esa colaboración público-privada”, dijo.
Ayllón definió la confianza como el componente que “cuando se tiene, no se le da importancia, y si la pierdes, se convierte en uno de los principales problemas”. La particularidad del contexto actual indica que es “la combinación letal entre pesimismo económico y polarización política”.
Además de los gobiernos y los periodistas, las empresas son otros actores llamados a gestionar la confianza. La dircom de IKEA, Laura Ruiz de Galarreta, defendió el firme compromiso con la honestidad y transparencia, así el salto del storytelling al storydoing.