Óscar Peña: La IA y la economía de la impaciencia: Una oportunidad para la creación de contenidos y soluciones para las marcas
Atajo. Si hay una palabra que define la relación entre tecnología, economía y sociedad hoy en día es la de la búsqueda de soluciones alternativas rápidas a cualquier asunto cotidiano que requiera tiempo y esfuerzo.
Los ingleses lo llaman smartcuts o shortcuts, y es una palabra de moda, una tendencia entre los Millennials y la Generación Z. Un nuevo conjunto de creencias con las que afrontar la vida, a todos los niveles. Para nosotros, expertos en comunicación y marketing, se trata de una oportunidad con la que agitar a las marcas.
Que la combinación de internet, tecnología, economía y cultura está modificando el comportamiento humano no es ninguna novedad. Llevamos observándolo durante años. Pero sí que es una sorpresa que la economía de la impaciencia acapare posiciones en los informes de tendencias para 2025.
«Los atajos ofrecen premio inmediato. Satisfacen en un contexto en el que el ritmo de la vida es cada vez más acelerado, y donde el tiempo, es un preciado recurso».
Si tiene hijas o hijos de entre 14 y 22 años, pregúnteles. Prefieren una solución rápida buscando en TikTok que ir a un especialista médico (con el riesgo del autodiagnóstico y la automedicación vinculados); prefieren una píldora de video en Instagram de cómo hacer en dos minutos una receta saludable, que consultar un libro de cocina del chef más reconocido o del mejor nutricionista; dan más credibilidad a las recomendaciones de inversión ágil de “expertos” y millonarios en finanzas y trading que inundan Youtube, que seguir un curso financiero reglado o una extensa guía de inversión en bolsa.
Los atajos ofrecen premio inmediato. Satisfacen en un contexto en el que el ritmo de la vida es cada vez más acelerado, y donde el tiempo, es un preciado recurso.
Nuevo tipo de consumidor
En este contexto, hablamos de que tenemos un nuevo tipo de consumidor que busca soluciones inmediatas, que no está dispuesto a perder el tiempo, que valora más el equilibrio vida-trabajo, que hace uso de la tecnología de manera intensiva, y que pone foco en optimizar todo lo que afecta a su vida, desde la salud o el entretenimiento hasta sus finanzas.
Las dos fuerzas que pesan sobre este consumidor son: la tecnología y la presión económica. Y están más relacionadas de lo que pensamos. Pero hay más variables para entenderles:
- Velocidad de vértigo. Sienten presión por el ritmo de vida que llevamos. El tiempo es el activo más preciado. Por eso minimizar el impacto de las responsabilidades que le afectan se convierte en prioridad.
- Tecnología. Es el facilitador de la necesidad de inmediatez. La conectividad y los productos y servicios construidos entorno a ambos, nos condiciona a buscar lo inmediato, a reducir lo innecesario. Lo experimentamos con Netflix cuando buscamos una serie o película; con un servicio de entrega a domicilio, cuando evitamos pasar por la cocina; o con una app de citas, donde descartamos probabilidades en milésimas de segundo.
- Presión económica. Es un consumidor presionado por el coste de la vida y la inflación. Muchos de ellos buscan medios alternativos de obtener ingresos (la economía de los hustles, los ajetreados), por eso necesitan optimizar el tiempo. Para llegar a fin de mes o tener acceso a aquello a lo que dan importancia.
- Geopolítica. Creen vivir en un mundo irresoluble. Ellos no lo han elegido. No tienen claro el futuro. Han de sobrevivir, tirar hacia delante, pero viviendo el día a día. Carpe diem.
- Sobresaturación de información. Reciben impactos constantemente. Muchos de ellos contradictorios, sin filtro. Su principal ventana al mundo es el smartphone. Ante la “infotoxicación”, prefieren el resumen. La IA se convierte en aliada ante la sobrecarga informativa. Y los agentes virtuales serán su mejor socio. Apple tendrá éxito con su IA con este enfoque.
- Cambio de valores. La paciencia es algo de la vieja escuela, de una generación pasada que piensa en el largo plazo. Este consumidor se adapta, es líquido. La economía de la impaciencia refleja el deseo de vivir experiencias y alcanzar metas, pero en el corto plazo. Pequeñas satisfacciones que dan la sensación de avanzar.
En este contexto, las marcas tienen una oportunidad de oro remodelando su oferta de productos y servicios y, también, sus estrategias de comunicación y marketing.
Responder a este nuevo consumidor puede aportarles una clara mejora de su valor de marca, y niveles mayores de retención, precisamente en una audiencia que no se anda con chiquitas. Ahí van algunas recomendaciones para empezar:
- Innovar en productos y servicios de consumo instantáneo. Los modelos de suscripción o pay-per-use son una interesante fórmula. Y si requieren pasar por tienda, mejor si es autoservicio, sin intervención. No quieren perder el tiempo. Recuerda que es una generación sobre informada. Van preparados a la compra, en precio y en características.
- Nuevo estadio del contenido. De la mera notoriedad a la utilidad. Una generación que resuelve sus problemas prácticos de la vida con información ágil necesita marcas que les ayuden con confianza y criterio, pero sin olvidar su tono. Las redes sociales son el canal de la economía de la impaciencia, y el marketing de influencia la mejor estrategia de posicionamiento y amplificación.
- Soluciones rápidas y útiles. Atraer la atención de esta generación hiper expuesta a la información no es fácil, pero una vía para hacerlo es pasar del contenido ineficaz al contenido útil. La facilidad de comprensión, la rapidez de consumo, el valor útil del contenido para su vida diaria y la personalización son factores diferenciales.
- La IA como aliada. Construya productos digitales que ayuden a esta generación a dar respuesta informada a su impaciencia. Que sean aliados de su vida diaria. Si nos paramos a pensarlo, se trata de una generación que es la antesala a la incorporación de la robótica en nuestra vida diaria. Cualquier automatización que reduzca su tiempo es valiosa. Piense en esa dirección.
Por Óscar Peña, Chief Innovation & Digital Solutions Officer de Atrevia.