“Algunos tienen que dividirse y todos tienen que ser regulados apropiadamente”: el Congreso de EEUU estrecha el cerco sobre los gigantes tecnológicos
Casi seis horas de comparecencia con 217 preguntas y nuevas revelaciones documentales pueden haber establecido un nuevo punto de inflexión en el debate sobre la regulación de Amazon, Apple, Facebook y Google. Cada una de estas empresas está en el punto de mira de los legisladores por una actividad diferente, pero con el mínimo común denominador de un sustrato de prácticas susceptibles de ser consideradas anticompetencia. Sus consejeros delegados explicaron y justificaron esas circunstancias ante el comité del Congreso de EEUU que las investiga desde hace 13 meses, con éxito incierto.
Mark Zuckerberg fue quien más preguntas respondió (62) pero muchas de ellas no tenían relación con eventuales conductas contra la competencia, sino con la moderación de contenidos o el presunto sesgo contrario al discurso conservador. Las que sí se centraron en el objeto de la comparecencia tuvieron como protagonista principal a Instagram, cuya compra en 2012 estaría justificada en parte porque el consejero delegado de Facebook la vio “como una amenaza que potencialmente podría detraer negocio” de su compañía, según indicó el congresista Jerry Naddler apelando a correos aflorados en la investigación. Zuckerberg respondió que entonces no era tan obvio que esa empresa fuera a alcanzar semejante escala.
Otros miembros del comité fueron más expeditivos al respecto. “Facebook, Facebook Messenger, WhatsApp e Instagram son las aplicaciones más descargadas de la última década. Son propiedad de Facebook. Tenemos una palabra para eso: monopolio”, en palabras de Joe Neguse. En su exposición habló de que la empresa de Zuckerberg era de facto un actor sin competencia relevante ya en 2012.
«Cada una de estas empresas está en el punto de mira de los legisladores por una actividad diferente, pero con el mínimo común denominador de fomentar el monopolio»
El siguiente directivo que más cuestiones respondió fue Sundar Pichai (61), que tuvo que que afrontar acusaciones sobre robo de contenidos por parte de Google a distintas empresas para aflorarlos como respuestas directas en búsquedas, además de saturación de productos propios en ellas para no enviar tráfico a webs de terceros. Pichai ciñó su discurso en que su empresa trata de ofrecer a los usuarios lo que desean.
Como en el caso de Facebook, algunas de las cuestiones se apartaron de lo relativo a competencia, hasta llegar a cuestionar la actividad de moderación en YouTube y el eventual sesgo que implica. Ante eso el consejero delegado de Google apuntó que hay más voces conservadoras que nunca en su plataforma de vídeo. Pero no hubo apenas preguntas en torno a su posición predominante en el negocio de la publicidad digital, que es de hecho lo que más acerca a esta empresa a un escenario de regulación.
Jeff Bezos fue el tercer objetivo en preguntas (59) y tuvo que dar explicaciones sobre si en Amazon se habían utilizado datos de empresas que venden en la plataforma para que esta generara sus propios productos alternativos. El hombre más rico del planeta según Bloomberg respondió que no puede garantizar que esa política nunca haya sido violada y que no se siente satisfecho por la investigación interna al respecto.
Además de su impacto sobre los pequeños negocios, los miembros del comité se mostraron interesados en saber qué hace Amazon para impedir las falsificaciones de productos y también preguntaron por el eventual uso de información generada por clientes de AWS, su servicio de alojamiento web. Sobre esto Bezos matizó una primera negativa cuando apareció documentación que contradecía la respuesta.
Finalmente Tim Cook concentró la menor atención por parte de los miembros del comité, que solo le hicieron 35 preguntas. El consejero delegado de Apple salió relativamente bien librado de la comparecencia apelando a que hay muchos teléfonos y sistemas operativos para que escojan los consumidores, y apuntando a que las comisiones que cobra su empresa son competitivas en el mercado.
Este último aspecto es el más controvertido y el que podría impulsar una eventual regulación, ya que distintas empresas han protestado porque Apple les obliga a utilizar su pasarela de pago y les cobra entre un 15 y un 30% por esas transacciones. Cook también fue preguntado por la forma en la que puede vetar aplicaciones o categorías completas de estas, pero sorprendentemente no hubo apenas cuestiones sobre la dependencia productiva de la empresa con China, algo llamativo en el clima actual de relaciones con EEUU.
El resumen de la comparencia lo aportó en sus frases finales el congresista David Cicilline: “Estas compañías tienen poder de monopolio tal y como existen hoy. Algunas tienen que dividirse. Todas necesitan ser reguladas apropiadamente”. En vista de lo sucedido ayer, algunas están en peor situación que otras de cara a ese escenario.