
El 75% del negocio de OpenAI proviene de suscripciones de consumidores
La facturación de la empresa que inició con ChatGPT la fiebre de la inteligencia artificial generativa depende sobre todo de individuos que pagan por usarla.
La directora financiera de OpenAI, Sarah Friar, ha contado recientemente a Bloomberg que hasta el 75% de todos los ingresos que genera la startup proceden de suscripciones de consumidores a sus productos, que en el caso de ChatGPT parten de 20 dólares al mes.
En esa entrevista, la ejecutiva señaló que esa tracción entre usuarios individuales ha sorprendido «particularmente» en la empresa, que está disputándose con otras startups un lucrativo pero incipiente mercado corporativo.
En ese ámbito, OpenAI superó ya en septiembre el millón de altas, que agrupan a quienes pagan por acceder a ChatGTP Team y Enterprise, las soluciones diseñadas para compañías, y las universidades en las que opera ChatGPT Edu.
Sin embargo, el empuje de los consumidores es de momento el protagonista en ingresos, que se espera que lleguen a 3.700 millones de dólares este año.
Friar concretó que actualmente ChatGPT tiene alrededor de 250 millones de usuarios activos semanales y el tránsito del modelo gratuito al pago se está produciendo a una tasa de entre el 5% y el 6%.
Ese nivel de adopción garantiza un flujo constante de dinero que en todo caso palidece ante el nivel de gastos que afronta la compañía para desarrollar sistemas de inteligencia artificial cada vez más refinados.
A principios de octubre, OpenAI cerró una nueva ronda de financiación de 6.600 millones de dólares que dispararon la valoración de la compañía a 157.000 millones.
Semejantes inyecciones de capital son imprescindibles en un contexto en el que ya hay modelos con costes asociados de entrenamiento de 1.000 millones de dólares.
Así lo aseguraba hace algunas semanas el antiguo vicepresidente de OpenAI y actual consejero delegado de su rival Anthropic, Dario Amodei, que señalaba igualmente que espera que en no mucho tiempo ya lleguen los que requieren hasta 100.000 millones.
La tracción de los usuarios independientes y el nivel de conversión de usuarios del modelo gratuito al de pago sorprende internamente.
Eso explica que OpenAI esté impulsando una coalición global que impulse la creación de la infraestructura necesaria para dar soporte a sucesivos proyectos de inteligencia artificial.
Su consejero delegado, Sam Altman, mantuvo en septiembre una reunión con miembros de la administración de Joe Biden para tratar este asunto, en compañía de otros ejecutivos de empresas tecnológicas, y en ella presentó un plan para construir cinco centros de datos de 5 gigavatios cada uno por todo EEUU.
Esa potencia equivale prácticamente a cinco reactores nucleares o a la capacidad necesaria para habilitar el consumo de casi tres millones de hogares. Según Altman, esos entornos son necesarios para garantizar que EEUU está al frente de la oleada de innovación promovida por esa tecnología, y a la que además atribuye la capacidad de reindustrializar todo el país.