Jack Dorsey (Twitter), Mark Zuckerberg (Facebook) y Sundar Pichai (Google).

Facebook, Google y Twitter apoyan que se les obligue a ser transparentes sobre cómo moderan contenidos

| 27 MARZO 2021

La desinformación y la difusión de discursos de odio han vuelto a asomar en el debate político de EEUU sobre regulación de los gigantes de internet. Los consejeros delegados de Facebook, Google y Twitter prestaron declaración ante el Comité de Energía y Comercio del Congreso sobre cómo están operando sobre esas externalidades negativas que generan sus empresas, y en todos los casos se mostraron conformes con la idea de que la legislación les obligue a ser más transparentes en el ejercicio de moderación de contenidos.

La situación actual no les deja un margen mucho mayor, ya que la invasión del Capitolio en enero ha supuesto un punto de inflexión en la discusión pública sobre su papel. Tanto demócratas como republicanos han ido encontrando un espacio de entendimiento sobre la necesidad de establecer un marco regulatorio concreto sobre esas compañías que impida episodios similares, aunque el problema sigue siendo acercar posturas hacia legislación concreta.

Ante ese escenario, Mark Zuckerberg indicó que Facebook apoya la reforma de la Sección 230 de la CDA, la normativa esencial sobre la que se sustancia la ausencia de responsabilidad de las empresas de internet sobre el contenido que sus usuarios publican en ellas. Para ello estableció como estándar deseable el informe trimestral que publica la red social sobre contenidos dañinos de diferentes tipos y se mostró partidario de supeditar la inmunidad legal al establecimiento de sistemas que moderen de forma adecuada el contenido ilegal en grandes plataformas.

En ese punto se encontró con el escepticismo de Jack Dorsey, consejero delegado de Twitter, que consideró potencialmente problemático el hecho de establecer diferencias entre grandes y pequeñas plataformas a la hora de cumplir esa eventual normativa. Sobre todo porque no sería sencillo fijar criterios que diferenciaran a unas de otras. Por su parte, Sundar Pichai no ofreció demasiadas pistas sobre lo que Google ve más ajustado de cara al futuro. Simplemente indicó que algunas de las propuestas de transparencia y responsabilidad que había visto serían bienvenidas.

La sesión viró también hacia el papel de la publicidad personalizada en la difusión de desinformación y discursos de odio. La demócrata Anna Eshoo les dijo a los directivos que su modelo de negocio de anuncios segmentados posibilita que la desinformación se difunda porque persiguen “el enganche del usuario a grandes costes para nuestra sociedad”. Está preparando una propuesta de ley para prohibir “el modelo de negocio de publicidad de espionaje” junto con su compañera de partido Jan Schakowsky, de la que no ofreció más detalles.

Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Jack Dorsey volvieron a comparecer ante el Congreso de EEUU para explicar qué hacen para que sus compañías no difundan desinformación.

Eshoo ya había impulsado otra posible reforma sobre la Sección 230, basada en que las plataformas con más de 50 millones de usuarios fueran responsables del eventual uso de algoritmos que radicalicen a sus usuarios y provoquen problemas derivados.

Si todos los convocados fueron apelados por los congresistas de manera contundente, a Jack Dorsey en concreto se le echó en cara que Twitter no haya realizado aún la auditoría sobre el posible uso torticero de la plataforma en torno a desinformación y contenido divisivo a la que se comprometió en septiembre de 2018. El republicano Bobby Rush le acusó de mentir al comité y le dijo que tendría que ser condenado por ello.