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No sólo es Facebook: ¿por qué Instagram puede convertirse en el principal foco de desinformación?

| 13 SEPTIEMBRE 2019 | ACTUALIZADO: 16 SEPTIEMBRE 2019 9:07

En 2016 tuvieron lugar los dos casos de desinformación más significativos hasta la fecha: la campaña que movilizó a la población de Reino Unido a votar a favor de salir de la Unión Europea y las interferencias rusas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En seguida se responsabilizó a Facebook por haber servido como canal de distribución de noticias falsas.

Con el tiempo la plataforma creada por Mark Zuckerberg fue cediendo parte de responsabilidad a Twitter en el problema, pero a raíz de que la UE les obligara a adoptar medidas contra la desinformación esta ha empezado a circular cada vez más por Instagram y Whatsapp.

Los expertos no dudan en atribuir a estas redes un peso creciente como vehículo de desinformación en los próximos meses. No obstante un informe del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense desvelaba el importante papel que había desempeñado Instagram, precisamente como herramienta de difusión de bulos durante la campaña estadounidense.

Durante este proceso se registraron 187 millones de interacciones sobre bulos en Instagram, más del doble que en Facebook (77 millones) o Twitter (73 millones). La mayoría de las veces por medio de memes. Ello pese a contar con una base de usuarios de 1.000 millones de usuarios en todo en todo el mundo, frente  los 2.400 millones de Facebook o los 2.000 millones de Youtube.

Durante las elecciones estadounidenses de 2016 se registraron 187 millones de interacciones sobre bulos en Instagram

«Instagram no tenía el mismo conjunto de reglas o capacidades para identificar información falsa que su hermano mayor Facebook», declara Paul Barrett, profesor de Derecho de la Universidad de Nueva York en un nuevo estudio que ve ahora la luz, a escasos meses para la celebración de las primarias presidenciales del Partido Demócrata estadounidense.

El hecho de que la desinformación se propague por este tipo de canales vuelve todavía más complicada la tarea de hacerle frente. Un buen ejemplo es la influencia de Whatsapp en las recientes elecciones de Brasil e India, a pesar de las limitaciones llevadas a cabo para limitar la viralidad de mensajes falseados.

Frente a este riesgo, el citado informe recoge una serie de recomendaciones dirigidas a reducir el impacto de los bulos, como detectar y eliminar vídeos deepfake. Estas piezas realizadas con herramientas de inteligencia artificial pueden usarse para presentar a determinados candidatos diciendo o haciendo cosas que nunca han dicho o hecho.

No en vano, la verdadera lucha por la desinformación se libra en Instagram, donde de acuerdo con el documento circula a gran volumen en Estados Unidos. Y llega tanto por el lado de la derecha política como de la izquierda. En este sentido, apunta a que probablemente una de las teorías de conspiración que gane más fuerza según se acerque la cita electoral es que las principales compañías tecnológicas se han confabulado con los demócratas para impedir la reelección de Donald Trump.

Facebook está tratando de poner límites a esta profusión de desinformación, casi siempre con retraso. El pasado mes de marzo eliminó miles de cuentas fraudulentas que propagaban fake news. Poco después, en agosto, anunció un programa de prueba que utiliza el reconocimiento de imágenes y otras herramientas para encontrar contenidos engañosos. Los propios usuarios pueden reportar esta información para que sea silenciada.