Ferran Rodés, presidente de Ara.

Ara paga su rechazo a la publicidad del 1-O con menos campañas institucionales

| 27 NOVIEMBRE 2018 | ACTUALIZADO: 28 NOVIEMBRE 2018 9:21

El diario Ara aún está muy lejos de la orilla de la rentabilidad. Los esfuerzos del consejo de administración por sacar a flote el periódico no sólo han resultado en balde hasta la fecha, sino que la tarea se ha vuelto más complicada si cabe a raíz del estallido de la crisis catalana.

En septiembre del año pasado la editora de Ara, que siempre se había posicionado a favor del secesionismo, dio un golpe de efecto al anunciar su intención de no alojar publicidad institucional del referéndum del 1-O debido a «la amenaza y la coerción» del Estado. En el comunicado emitido por el consejo de administración de la compañía se explica que el diario no haría «nada que ponga en peligro la continuidad del proyecto».

Esta decisión trajo cola al abrir una división interna en una casa donde conviven diferentes sensibilidades políticas. Incluso hubo personas que lamentaron la oportunidad de no haber dado un espaldarazo al independentismo. Sobre todo tras comprobar en los meses sucesivos que la renuncia a las campañas del 1 de Octubre dejó a Ara en una situación comprometida de todos modos.

De acuerdo con la información disponible en el Registro Mercantil, el periódico catalán pagó caro este posicionamiento, por mucho que en sus páginas defendiera -y defienda- la causa independentista. Y es que tal y como reconoce su editora en el informe de gestión correspondiente al año pasado, el grifo de la publicidad institucional se cerró en los últimos meses del 2017, coincidiendo con el periodo más candente del desafío catalán.

En total, la publicación presidida por Fernando Rodés recibió el año pasado 4,4 millones de euros por publicidad, esto es, un 23% menos que en 2016 cuando ingresó 5,7 millones de euros por este concepto. Dentro de esta cifra, 1,6 millones de euros corresponden a campañas de la Generalitat de Cataluña, que quedaron repartidos en 503.000 euros en la edición digital de Ara y 1,1 millones en la impresa.

Las subvenciones obtenidas en 2017 también fueron menores. Para ser más exactos, percibió 313.425 euros, cifra sensiblemente inferior a los cuantiosos 561.968 contabilizados el año anterior. Según el citado informe económico, estas ayudas también acusaron la parálisis institucional derivada de la aplicación del 155.

En septiembre del año pasado la editora de Ara dio un golpe de efecto al anunciar su intención de no alojar publicidad institucional.

Con estas variables, el resultado final del medio dirigido por Esther Vera se desvió fuertemente de los objetivos marcados para ese año. Así, cerró el ejercicio con un volumen de negocio de 12,3 millones de euros, medio millón menos que en 2016. La caída habría sido más profundo de no haber sido por la sorprendente evolución de la circulación del papel, que mejoró un 4% y alcanzó los 5,1 millones de euros.

Como consecuencia de todo lo anterior, Ara agravó sus números rojos al dejarse 2,1 millones de euros, cuatro veces más que en 2016. Con estos números, la compañía acumula unas pérdidas superiores a los 12 millones de euros desde su nacimiento, en 2010. Asimismo, a cierre del 2017 presentaba un fondo de maniobra negativo de 119.000 euros.

A la vista de este desequilibrio, la cúpula de la editora aprobó en julio la entrada de Sergi Guillot como nuevo consejero en sustitución de David Rodés, tal y como informó El Confidencial. Esta incorporación puso fin a una búsqueda que venía realizándose desde finales del año pasado, cuando los socios apostaron por refinanciar el rotativo con la entrada de nuevos capitales tras haber invertido millones de euros. Y es que a 31 de diciembre de 2017 ARA mantenía préstamos participativos por un total de 8,7 millones de euros.