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EFE señala al Gobierno como responsable de su agujero económico

| 4 OCTUBRE 2016 | ACTUALIZADO: 6 OCTUBRE 2016 11:00

La Agencia EFE lleva siete años instalada en los números rojos. En 2008, el último ejercicio cerrado en positivo, registró un beneficio de 460.000 euros y desde entonces no ha dejado de cosechar resultados negativos. Después de que el Consejo de Administración haya aprobado los 7 millones de euros de pérdidas con los que cerró 2015, el agujero económico de EFE en los últimos seis años se sitúa en los 38,5 millones.

Desde el inicio de la crisis económica la agencia estatal de noticias ha visto caer estrepitosamente su cifra de negocio, una situación atribuida a las aportaciones cada vez menores de dinero público y al continuo descenso en el número de abonados. El año pasado su volumen de facturación alcanzó los 84,8 millones de euros, ligeramente por debajo de los 85 millones de 2014, cuando arrojó unas pérdidas de 4,3 millones de euros.

Ya en la memoria económica correspondiente al año 2012, el primero completo de José Antonio Vera como presidente y en el que se registró el peor resultado (10,8 millones de euros de pérdida), la compañía preveía que no lograría superar el proceso de estrecheces hasta el año actual.

Concretamente, en el documento se subrayaba que “conforme a las previsiones para los próximos cinco ejercicios, la sociedad prevé reducir de forma paulatina y sostenida sus resultados negativos y retornar a los resultados de explotación positivos en 2016”.

La agencia acumula un agujero económico de EFE de 38,5 millones en los últimos siete años.

En el informe de cuentas correspondientes al año pasado que ha presentado en el Registro Mercantil -pero sigue sin figurar en su portal de transparencia-, EFE expone que el resultado registrado en 2015 «no deja de ser un dato alentador», sin llegar a detallar las razones de esta valoración. Al mismo tiempo, sitúa el origen de las pérdidas anuales que acumula desde hace siete años en la reducida asignación de dinero público que reciben del Gobierno.

En este sentido, la agencia pública sostiene que «la sociedad ha mantenido y demostrado históricamente que la asignación del Estado es insuficiente y que es el origen de las pérdidas anuales. El efecto de la caída en ingresos de mercado desde el inicio de la crisis en 2009, la sociedad los ha compensado y paliado con importantes medidas de ahorro y con el ERTE que puso en marcha en 2012″. Se refiere así al expediente de regulación de empleo que puso en marcha ese año como medida de contención a la caída de los ingresos y que afectó a cerca de 300 empleados.

De esta manera, señala al Gobierno como responsable de su agujero económico aunque, eso sí, destaca que se haya relajado ligeramente la presión presupuestaria y «que la contratación se mantenga
prácticamente estable y, al menos, no se reduce». En 2015 la aportación que recibe de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) fue 38 millones de euros.

Más adelante, EFE vuelve a insistir en la necesidad de revisar la asignación presupuestaria al asegurar que «una futura nueva formulación de la relación con el Estado permitirá, entre otras cosas, una consolidación de la situación económica, financiera y patrimonial de la sociedad».

Esta reclamación se recoge como comentario de la memoria después de explicar que el agravamiento de las cuentas se atribuye, por un lado, a la recuperación por parte de los empleados de la paga extraordinaria de diciembre del año 2012 y, por otro, a la revalorización del dólar frente al euro (divisa en la que realizan el 10% de su actividad exterior),

De vuelta a los resultados de 2015, la compañía expone sus dudas ante los tiempos de incertidumbre que, casi una década después, continúa viviendo el sector mediático. «Siguen todavía presentes algunos factores adversos relevantes como la bajada constante en la circulación de periódicos y la insuficiente consolidación del modelo de negocio en las ediciones digitales. La caída de las ediciones en papel no se ve compensada por el incremento de ingresos en las ediciones digitales, lo que provoca un balance negativo para los medios», señala sobre la mala situación de la prensa impresa y la falta de concreción del ecosistema digital.