De izda. a dcha.: Juan Luis Cebrián, María Rey, Pedro J. Ramírez y Nativel Preciado.De izda. a dcha.: Juan Luis Cebrián, María Rey, Pedro J. Ramírez y Nativel Preciado.

«En el mundo libre hay un déficit de libertad de prensa impresionante”

| 4 MAYO 2023 | ACTUALIZADO: 5 MAYO 2023 9:02

“Sin prensa no hay democracia”. Este fue uno de los lemas más sonados ayer, Día Mundial de la Libertad de Prensa, en un año en el que los periodistas alertan de un repunte de la gravedad de las amenazas que hoy sufre.

Reporteros Sin Fronteras señala que España ha registrado un notable retroceso en este sentido, pasando del puesto 32 al 36 del mundo. La precariedad laboral o la politización de los medios son algunas de las causas atribuidas por prestigiosos periodistas que ayer asistieron al acto organizado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), en la sede de esta última para debatir sobre la libertad de prensa.

En la mesa redonda moderada por María Rey, el expresidente de Prisa y presidente de honor y primer director de El País, Juan Luis Cebrián, resaltó que la libertad de prensa está “seriamente amenazada” y que “hay un déficit de libertad de prensa en el mundo libre impresionante”. Por un lado, por los avances tecnológicos que están provocando “un desorden” en la democracia “superior al que nos cuentan los periódicos”; por otro, porque que hay “más periodistas en el mundo contratados por gobiernos y empresas para lograr que se publiquen noticias a su favor y no se publiquen las que no quieren, que periodistas dedicados a publicar noticias, que es lo que el poder no quiere que se publique”.

Sin embargo, uno de los fenómenos que según Cebrián no pueden controlar esos grandes poderes son los algoritmos de las grandes tecnológicas. “Los algoritmos de Facebook –opina– están preparados para generar la polarización política porque cuando hay conflicto hay más gente que pincha. Cuanto más pincha, más dinero genera Facebook”.  Recuerda que un 90% de la publicidad en Internet “está en manos de Google y Facebook”.

Algunos de estos factores enmarcados en “la prehistoria de Internet”, según el expresidente de Prisa, significa “el final de la democracia representativa tal y como la conocemos” y “un cambio de civilización”.

Pedro J. Ramírez (El Español) opina que «el panorama de la profesión es peor que hace 20 años, pero creo que es claramente mejor que hace 10”

Más optimista se mostró el director de El Español. Pedro J. Ramírez opina que “el panorama de la profesión es peor que hace 20 años, pero creo que es claramente mejor que hace 10”. El histórico periodista recordó que Google, “actor importantísimo e ineludible”, “tiene una responsabilidad muy grande sobre el futuro del periodismo”.

Ramírez defiende que gran parte del ritmo que vaya a tener la recuperación del periodismo de calidad, va a depender de los criterios con los que Google tome decisiones en los próximos meses respecto a sus algoritmos. “Es verdad que ha sido un gran aliado en el desarrollo tecnológico de los medios. Cuando ha habido oportunidad, todos hemos llegado a acuerdos con ellos. Pero no es admisible que por una razón desconocida la audiencia aumente o mengue un 25% de la noche a la mañana porque ha cambiado un algoritmo. Hay que pedirles transparencia y compromiso”.

El director de El Español también considera que Google debe contribuir a la “estabilidad de las audiencias”. “Nadie puede aspirar a que sus lectores le sean siempre fieles. Es verdad que es importante generar lazos de comunidad a través de suscriciones, pero para planificar el desarrollo y generar más puestos de trabajo hace falta que haya estabilidad, y Google no debe ser una caja negra con la que nos topamos cada vez que cambia el algoritmo. Eso impide un desarrollo armónico”.

Sectarismo, desprestigio y precariedad

Por su parte, la periodista Nativel Preciado admitió que los periodistas “tenemos muy mala prensa” por una “falta de credibilidad” y defendió “luchar contra el sectarismo, el desprestigio y la precariedad”. La reconocida periodista lamenta que ahora, al contrario que en los años 70, “tenemos más miedo que esperanza”.