Julio Ariza y Juan Luis Cebrián dialogan sobre la situación actual de España
El Toro TV ha organizado una mesa histórica. A un lado, Julio Ariza y al otro, Juan Luis Cebrián se han sentado para hablar de la actualidad que vive España. Una situación triste y en la que es necesario sentarse con quien no piensa igual para poder escucharse y avanzar. España necesita mejorar. España necesita diálogo, entendimiento y lógica, aunque parece que esto último en estos tiempos junto al sentido común se ha ido de vacaciones. El motivo de esperanza del país es que las personas de todo el mundo estén dispuestas a hablar.
¿Qué une a Ariza y Cebrián?
La preocupación y la esperanza. Cebrián confiesa que el desastre que está haciendo la clase política en este país de momento no ha conseguido dividir a la sociedad civil tanto como lo está la sociedad política. También declara no saber por qué pasará Sánchez a la historia, pero es el presidente “que más ha dividido a los españoles, sin duda”. Y, aun así, la sociedad civil ofrece motivos de esperanza y de solución.
El País de Juan Luis Cebrián
“Alfonso Guerra decía que su electorado era nuestro electorado”. Aunque ha dicho que no hicieron un periódico de izquierdas, sino que le dieron voz cuando no la tenía. Confiesa que creían que tenían derecho y que también influyeron las razones comerciales. La independencia de los medios debería ser un requisito a la hora de crear uno y, según Cebrián, los fundadores de El País “defendimos siempre la independencia de los medios”. Tras la fundación, se hizo pública una lista con los accionistas del periódico y, entre ellos, se encontraban, como comenta Ariza, Manuel Fraga y Ramón Tamames, como apuntó Cebrián, que en aquel momento era miembro del comité central del partido comunista.
Durante el encuentro, Julio Ariza apuntó que la visita de Juan Luis Cebrián a El Toro TV es esperanzadora por las siguientes razones: algo grave está pasando en España y sigue habiendo elementos comunes que nos permiten proyectarnos para hacer seguir haciendo un proyecto de convivencia, a pesar de tener pensamientos radicalmente distintos en muchas materias.
