La prensa salmón agota el rédito del temporal de la crisis y cae en influencia

| 6 FEBRERO 2017

En el año 2009 los efectos de la crisis económica ya se habían propagado por el sector de la prensa española. Tras una época gloriosa definida por su capacidad para moldear la opinión pública y sus abultadas cuentas de resultados, los editores de diarios emprendieron su particular camino hacia el precipicio por el que hoy asoman medio cuerpo. El debate interno cambió radicalmente de cómo ejercer el cuarto poder a cómo suavizar la caída en picado a la que se precipitaron desde el primer momento. Así hasta la actualidad, donde siguen sin encontrarle solución al problema.

Las orejas de la crisis asomaron en todos los ámbitos de la prensa, pero en el caso de la económica ayudaron a posponer un hundimiento que se antojaba inevitable para los diarios de información generalista. Debido al enorme interés que suscitó, casi de la noche a la mañana, la información de esta índole las cabeceras especializadas lograron aguantar la mecha unos años más. En algunos casos con audiencias superiores a las registradas al comienzo del siglo pero que, a fin de cuentas, también han terminado perdiendo su capacidad de influencia y, según los más pesimistas, posiblemente su razón de ser.

Los inicios de la prensa salmón se sitúan en el afán de dar a conocer los valores de materias como el oro y el maíz. Sin embargo, hoy en día las cotizaciones se consultan en tiempo real gracias a la digitalización, por lo que en más de una ocasión se ha lanzado al aire la cuestión del papel que representan. A lo que no ayuda la controversia que provoca entre los lectores la dudosa imparcialidad que toman según qué empresas o, incluso, el lenguaje excesivamente técnico de sus informaciones.

Una muestra de esta pérdida de influencia es que la última oleada del EGM -conocida el pasado mes de diciembre- daba a toda la prensa económica una media de 198.000 lectores diarios, frente a los 9 millones que suma la prensa generalista y los 3,4 de la deportiva.

Es el caso, por ejemplo de Expansión, que si bien en los años previos a la crisis económica gozaba de una penetración de audiencia del 0,5% en el mapa general de diarios, apenas ha fluctuado en la última década. Esto según los datos recabados por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) en su último informe anual del ‘Marco general de los medios en España’, el mismo que arroja que los españoles dedicaron 12 minutos a la lectura de prensa impresa en 2016, el nivel más bajo en todo el registro histórico.

Sin embargo, el informe destaca que el año pasado la audiencia del ‘salmón’ de Unidad Editorial cayó al 0,3%, lo que supone una difusión de 36.031 ejemplares diarios. Aunque de una sola décima, esta bajada se considera bastante acusada teniendo en cuenta las modestas tiradas de la publicación económica. Ello no le impide retener el liderazgo en la prensa sectorial pese a que las cuentas tampoco salen desde hace algunos ejercicios. El último del que se tienen datos, 2015, se dejó 8,7 millones de euros pese a ingresar 25,2 millones, 700.000 euros más que en 2014.

Este mismo guión es el que han seguido los otros dos diarios de información económica que continúan editándose en España: Cinco Días y El Economista. El primero logró mantener el tipo durante los primeros compases de la crisis con una audiencia general del 0,2% pero al poco tiempo se vio obligado a despedir 50 empleados a través de dos ERE hasta 2012. Esto, unido a las dificultades financieras del Grupo Prisa, llevaron a su puesta en el mercado en 2015 y a su posterior retirada hace solo unos meses. Supuestamente, por diferencias en el precio de venta.

Cinco Días registró en 2016 un porcentaje de penetración del 0,1% y, aunque todavía no han trascendido los resultados del año, en los mentideros del sector le atribuyen un cierre negro. Resultado que, de confirmarse, serviría para corregir los últimos ejercicios, donde obtuvo unas pérdidas de 34.000 euros en 2015.

Por su parte, El Economista, el último de los tres en surgir en los quioscos, tampoco ha visto resentida su penetración en la audiencia desde 2009 (cuando se incluye en los registros de la AIMC), pero sí su influencia general, como en los anteriores casos. Asimismo, su editora, Ecoprensa, no ha salido de los números rojos desde su nacimiento (en 2005), si bien en 2015 estuvo a punto de lograrlo tras cerrar con pérdidas de 300.607 euros. Resultado que se atribuye al deterioro del valor de su participación en Ecoapuestas, una sociedad sin actividad. De lo contrario, habría arrojado un beneficio de 33.674 euros.

Su alcance en Internet es mayor, como cabe esperar. En este sentido, los últimos datos de comScore, correspondientes a diciembre, otorgaban a Expansión 5,4 millones de usuarios únicos, lo que abre una ventaja de más de 541.000 visitantes respecto a Eleconomista.es, segundo con una audiencia 4,88 millones. En tercer lugar y cerrando el podium se encuentra a gran distancia la edición digital de Cindo Días, con 2,3 millones de usuarios únicos